El sacerdote asturiano viaja a Roma para celebrar los 60 años de su fundación con la mirada puesta en Ucrania
Matteo Zuppi es el enviado del papa Francisco para tender puentes entre Ucrania y Rusia. Pero el Pontífice cuenta con un verdadero mensajero de la paz: el padre Ángel. El sacerdote asturiano tiene ahora un nuevo desvelo: llevar un hospital de campaña a tierras ucranianas.
Para ello, trabaja mano a mano con la Fundació del Convent de Santa Clara, de sor Lucía Caram. Un proyecto para el que cuenta con un canal de ayuda en la web de Mensajeros de la Paz, la ONG creada por el cura de todos hace ya 60 años.
Y es que, más allá de estar volcado en la promoción humana y social de los últimos en España, con proyectos que van desde el apoyo a la infancia, las víctimas de violencia de género, los mayores, las personas con discapacidad o todo el que necesite posada desde la iglesia de San Antón, en la madrileña calle Hortaleza, el padre Ángel ha contado durante todos estos años con proyectos en más de 76 países, ya sea con socios locales o con una presencia propia, desde Honduras y Argentina a Etiopía, pasando por India. Siempre en la defensa de los derechos de las personas más vulnerables.
En 16 meses de guerra en Ucrania, Mensajeros de la Paz ha atendido a más de 2.000 refugiados en España, ha ayudado al traslado de 600 a otros países y continúa repartiendo 30.000 comidas diarias en la frontera junto a la ONG del chef José Andrés. De hecho, junto a la religiosa dominica argentina, fue condecorado, el 30 de abril en Kiev, por el Gobierno de Ucrania. Hasta allí llegaron ambos con un autocar con 12 literas para el traslado de heridos y de los soldados liberados del cautiverio, junto a material médico, generadores o camas articuladas para hospitales. Asimismo, las gestiones de las dos organizaciones han permitido establecer un corredor humanitario para trasladar heridos a España.
Con todo este bagaje nacional e internacional bajo el brazo, el padre Ángel llegó a Roma este 28 de junio para participar en la audiencia general con el Papa. Aunque ya habían mantenido una audiencia privada en diciembre por el 60º aniversario de la comunidad, ahora el motivo era otro: llevar a parte de su equipo de trabajadores y voluntarios ante Jorge Mario Bergoglio. Con Vida Nueva como testigo, las personas que hacen posible que el impulso misionero del sacerdote se materialice con garantías han vivido el momento como todo un regalo.
“Ya nos han ofrecido un hospital y estamos recaudando dinero para poder tener quirófanos y medicamentos para atender a los heridos en las zonas de conflicto”, dice el sacerdote. Y es que “no podemos seguir permitiendo que tantas personas pierdan la vida por no tener acceso a la medicina”.