El portavoz de la Conferencia Episcopal echa mano del Catecismo para aseverar que “el que una persona tenga una tendencia heterosexual u homosexual no implica ninguna prevalencia de categoría ética o moral”
“Toda persona, todo ser humano ,tiene una dignidad que es inviolable independiente de su color de su piel, geográfica o de otras opciones que haga en su vida”. Esta es la premisa con la que el secretario general de los obispos, César García Magán, se manifestó en relación a la celebración hoy del Día del Orgullo al ser preguntado por el posicionamiento eclesial ante el colectivo LGTBIQ+.
Preguntado por Vida Nueva en el transcurso de la rueda de prensa posterior a la Comisión Permanente celebrada entre ayer y hoy en Madrid, el también obispo auxiliar de Toledo echó mano del Catecismo para aseverar que “el que una persona tenga una tendencia heterosexual u homosexual no implica ninguna prevalencia de categoría ética o moral”. Eso sí, compartió con los periodistas que “todos tenemos que tener una ética de comportamientos y, si somos creyentes, una moral de comportamiento”.
Al hilo de esta reflexión, el portavoz de los obispos incidió en que “la Iglesia ha condenado y condenamos toda violencia y discriminación de las personas por su orientación sexual, porque por encima está la dignidad inviolable de esas personas”.