“Las iglesias pueden trabajar juntas para servir a la causa de la paz y la justicia mediante esfuerzo es conjuntos”. Así lo ha declarado el patriarca Kirill de Moscú este jueves en una reunión con el enviado del papa Francisco para mediar en el conflicto entre Rusia y Ucrania, el cardenal Matteo Zuppi.
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Y ha continuado afirmando: “es importante que todas las fuerzas del mundo se unan para evitar un gran conflicto armado”.
Por su parte, Zuppi ha asegurado que “el Papa tenía muchas ganas de que me reuniera con el patriarca Kirill para conocer su opinión sobre la situación en la que nos encontramos y un posible encuentro con él”.
El cardenal Zuppi llegaba a Moscú el pasado martes para hospedarse en la Nunciatura Apostólica. Los encuentros de esta visita comenzaban ayer con una reunión con el asesor ruso Yuri Ushakov y el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia, el arzobispo Paolo Pezzi.
¿Dónde están los niños?
Pero si en algo se ha basado el encuentro entre Zuppi y Kirill de este jueves ha sido en un tema que preocupa especialmente al papa Francisco: la situación de los niños en este conflicto. De hecho, esta mañana el cardenal ha sido recibido por la comisaria rusa para los Derechos del Niño, Maria Lvova-Belova.
Así, la atención se ha centrado hoy, tal como revela Vatican News, en la cuestión de los más de 19.000 menores ucranianos deportados a Rusia, una situación para la que el presidente ucraniano, Zelensky, había pedido la ayuda de la Santa Sede en su audiencia de mayo con el Papa.
“Al final de la misión del cardenal Zuppi se podrían asistir a gestos concretos como un nuevo intercambio de prisioneros o el anuncio de iniciativas para apoyar a los numerosos refugiados y prófugos que este conflicto está provocando”, dijo ayer en una entrevista a Vatican News monseñor Paolo Pezzi, arzobispo metropolitano de la arquidiócesis de la Madre de Dios en Moscú.