La dignidad de la persona humana desde el magisterio social de la Iglesia fue el tema que presentó al Consejo Constitucional
Una exposición de 10 minutos sobre la dignidad humana presentó el cardenal Celestino Aós, arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, en el proceso de audiencias públicas para la elaboración del texto de nueva Constitución que será sancionado en el plebiscito del 17 de diciembre próximo, una vez concluido el trabajo de 5 meses del Consejo Constitucional que lo elabora.
Aós explicó allí que la Iglesia, consciente de que su misión -esencialmente religiosa- incluye la defensa y la promoción de los derechos fundamentales de la persona humana, comprende que este esfuerzo debe abrirse a la colaboración oportuna con los organismos gubernativos y no gubernamentales, al diálogo ecuménico y con las demás religiones, así como en contacto con organizaciones civiles.
“Hablamos del valor dignidad, dijo Aós. Pienso que este Consejo debe determinar de qué tratamos. A dignidad se le atribuyen valores diversos y contrapuestos”, señalando que algunos la identifican con autonomía total, otros como prestación de servicios básicos e incluso algunos invocando la violencia en diversas formas.
El arzobispo precisó que “todo ser humano posee dignidad”, agregando que las cosas tienen valor de intercambio, en tanto el ser humano tiene valor en sí mismo. “En consecuencia, dijo, los derechos humanos residen en la persona, en cuanto sujeto del poder y origen del Estado. Por lo tanto, los derechos humanos no son concesiones de los Estados, sino que son de cada persona en virtud de su dignidad. Los Estados deben garantizar, promover y defender el conocimiento y el ejercicio efectivo de los derechos de todos los ciudadanos”, precisó Aós.
Luego precisó que “creado a imagen y semejanza de Dios, y redimido por Jesucristo, el ser humano se considera sujeto libre y por tanto responsable de sus actos. La dignidad va unida inseparablemente a la libertad y a la responsabilidad. Como católicos afirmamos la inviolable dignidad de la persona humana, que es intrínseca al ser humano por ser imagen de Dios, y por ello, la vida de todo ser humano es sagrada e inviolable, por lo que cada persona tiene valor absoluto. La dignidad de cada ser humano posee una especial identificación con el derecho a la vida y con aquellas exigencias elementales de justicia: las condiciones materiales y espirituales básicas para la realización de la vida”, planteó el cardenal.
También, el pastor recordó que la “dignidad del ser humano es inalienable” por lo que su reconocimiento en unos no puede menoscabar la dignidad de otros, ni es sacrificable en aras de intereses estatales o colectivos.
Agregó que esa dignidad se vive en sociedad, la que será tanto más justa en cuanto favorezca la realización de todos los individuos “no sólo en el ámbito material, sino también en el espiritual, e interpele al reconocimiento de dicha dignidad como base para las decisiones políticas y económicas y la edificación de la comunidad humana”, dijo Aós.
Señaló, en ese punto, que en Chile “subsisten situaciones que atentan contra la dignidad del ser humano”, urgiendo trabajar por las personas que se encuentran en las periferias territoriales, socio económicas, y existenciales, a las que el Papa Francisco ha hecho constante referencia en su Pontificado, indicando que muchos actores sociales han de unir esfuerzos en esta tarea, pero “es sin dudas el Estado quien tiene allí una responsabilidad esencial, tendiendo a los sectores más vulnerados de la sociedad”.
También se refirió a la relación de la dignidad de la persona con la libertad religiosa y presentó indicaciones para mejorar la actual propuesta en el texto en estudio. “Creemos que puede aún completarse, incorporando: la autonomía de las entidades religiosas, la igualdad de trato entre ellas, el reconocimiento del régimen jurídico que les es propio, y la objeción de conciencia; quedando establecido en el cuerpo constitucional que el Estado no puede coaccionar a persona alguna para actuar en contra de sus convicciones o creencias religiosas y que toda persona puede abstenerse de realizar conductas contrarias a ellas”, propuso el arzobispo.
Finalmente, Celestino Aós manifestó que la Iglesia “estima en mucho el dinamismo de la época actual, que está promoviendo globalmente los Derechos Humanos”, compromiso que se desarrolla en una doble dirección “de anuncio del fundamento cristiano de tales derechos, y de denuncia de las violaciones de los mismos”. Es por ello que en virtud de todo lo manifestado en la audiencia, el pastor pidió que se pudiera esclarecer el concepto “Dignidad del ser humano”, y que haya una mejor coherencia entre el articulado, porque a esos principios fundamentales afirmados se añaden otros que “los recortan o condicionan”.
“Es hermoso y alentador verlos a ustedes trabajar juntos por una Constitución que nos lleve a un Chile más justo y mejor; es hermoso constatar cómo hay tantos ciudadanos y ciudadanas que, como nosotros lo hacemos ahora, ofrecen su aporte para bien de todos”, expresó al concluir sus palabras el cardenal.
Estas exposiciones son uno de los canales de participación ciudadana para la elaboración del nuevo texto constitucional. Durante dos días, en sedes universitarias en todo el país, se presentan estos temas que son llevados a la reflexión de las comisiones temáticas del Consejo Constituyente. Este Consejo está integrado por 50 personas, igual número de varones y mujeres y tienen un plazo de 5 meses para elaborar la propuesta que será presentada al plebiscito.
Celestino Aós llegó acompañado de la secretaria general adjunta de la Conferencia Episcopal de Chile, Valeria López, a la sede Santiago de la Universidad de Talca, lugar donde realizó su conferencia. Al llegar dijo: “Estoy aquí porque nosotros queremos ser buenos cristianos y queremos también ser buenos ciudadanos. Por tanto, como buenos ciudadanos queremos también hacer nuestro aporte en este momento importante, interesante, en que estamos tratando de darnos una nueva constitución que regule y sea el marco de nuestra convivencia”.