El nuevo prefecto para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, confiesa que se ha sentido “sorprendido” con su nombramiento por parte del Papa Francisco. “Les confieso que estuve un mes cortando clavos, porque no tenía ganas de irme”, expone. Incluso desvela que “hace unos meses hice abrir una ventana grande en la parte de la casa donde vivo, para poder tener una visión más amplia, y dije: ‘ahora tengo todo, puedo vivir 15 años más aquí, feliz’”. Así lo expone en una carta que dirige a la Arquidiócesis de la Plata, territorio eclesiástico que ha pastoreado durante cinco años que califica de “hermosos”.
En la misiva, el arzobispo que desde el pasado sábado está al frente de uno de los Dicasterios clave de la Santa Sede, detalla que hace un mes expuso a Francisco que “no aceptaba” liderar este departamento. ¿El motivo? ‘Tucho’ Fernández confiesa no sentirse “capacitado” no tener “la formación” para guiar la lucha antiabusos, “un tema que nos duele y avergüenza”. “Lo hice con todo el dolor del alma, porque él está mayor, necesita gente de confianza cerca, él es un grande y yo estoy muy agradecido por tanto bien que recibí de él. Pero le dije que no y me quedé con esa espina”, relata.
Equipo de especialistas
Sin embargo, durante el reciente ingreso hospitalario por una hernia abdominal, el nuevo prefecto confiesa que el Papa “me lo volvió a pedir”. “¿Cómo responder que no? Pero él me facilitó las cosas porque me dijo que no es necesario que yo dirija los asuntos referidos a abusos de menores, porque hay un equipo de especialistas que lo hace muy bien y que puede trabajar de forma bastante autónoma”, comparte Fernández en la carta.
De hecho, expresa el deseo del Papa de contar con “un prefecto que pueda dedicar más tiempo a eso que da el nombre al Dicasterio: ‘la doctrina de la Fe’”. Así, el arzobispo explicita cuál es el encargo que le hace Francisco para esta nueva etapa vital: “Que se promueva el pensamiento cristiano, la profundización de las verdades de la fe, el estudio de los grandes temas en diálogo con el mundo y con las ciencias”. “Y esta es una tarea que me encanta, para la cual sí me siento capaz como un pez en el agua”, asegura en el escrito.
El terror de muchos
A la par, el recién nombrado prefecto echa la vista atrás para recordar que la Santa Inquisición -origen de Doctrina de la Fe-, “era el terror de muchos, porque se dedicaba a denunciar errores, a perseguir a los herejes, a controlar todo, llegando incluso a torturar y matar”. Frente a ello, hoy apunta que Francisco le invita a preservar la doctrina cristiana, no desde mecanismos de control, sino promoviendo su comprensión, presentando a “un Dios que ama, que libera, que levanta, que promueve a las personas”.
En la carta, con toda naturalidad, Fernández relata que Francisco ha elegido para él una casa con “terracita y vista al jardín” para que tenga una mirada “amplia” hacia la realidad. A la vez, anuncia que su despedida de la arquidiócesis tendrá lugar el 5 de agosto con una misa de despedida.