Pidieron ir hacia la cultura del encuentro, lograr una mayor participación democrática y garantizar la igualdad
Durante el fin de semana se realizó una nueva edición de la tradicional Semana Social, que organiza la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, en la ciudad de Mar del Plata, bajo la consigna: ’40 años de Democracia y 10 años de Francisco’.
Este domingo cerraron el encuentro del que participaron no solo los obispos de la Comisión presidida por el obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones, sino distintos funcionarios del gobierno y de la oposición, y miembros de sindicatos y organizaciones sociales.
Publicaron las conclusiones del Encuentro, al que titularon ‘Caminemos en Esperanza’. Allí comentaron que se reunieron con una “fuerte apelación a la escucha, la memoria y la consolidación de la democracia afrontando sus deudas pendientes”.
Creen que es necesario recuperar la pertenencia a la Patria, para en forma conjunta construir una comunidad que defienda la vida y el interés de todos, sin dejar a nadie afuera.
Recordaron también que, después de la dictadura, se soñó con un ideal democrático con valores populares que garantizarían la igualdad, el desarrollo económico y la integración republicana. Pero, las pujas políticas y económicas permitieron la apertura a una crisis de representación y el consecuente proceso de fragmentación y desintegración del cuerpo social. “La democracia dejó de identificarse con la expresión de los intereses de la mayoría, del bien común, para pasar a ser una herramienta condicionada por poderes minoritarios o corporativos”, señalaron.
Aseguraron que esta democracia no alcanza a cobijar a todos los sectores y regiones del país; más aún, requiere mayor vigor y empatía. Pero, frente a los cambios y desafíos de esta época, la lucha es por la vigencia y el protagonismo de las instituciones.
Los obispos destacaron que en la presentación de ‘Memoria, Historia y Verdad’ advirtieron que la consolidación de la democracia es permanente, aún cuando en Latinoamérica se registran algunos golpes de estado blanco o se desconoce la voluntad popular. Subrayaron que es necesario sostener las políticas de derechos humanos, construidas desde 1983 como políticas de estado. Para la Iglesia es fundamental “el poder sanador del conocimiento de la verdad sobre la historia”.
En este mensaje final, resaltaron que durante la Semana Social se destacó la necesidad de fortalecer la escucha, con humildad y esperanza como modo indispensable para el diálogo y para re-crear, y articular la dimensión personal con la social, colectiva y estructural de la vida comunitaria en este tiempo de la historia.
Asimismo, se destacó que durante estos días se habló de una democracia que significa la construcción de ciudadanía plena, de ejercicio de derechos, que asegure condiciones para el bienestar de todos, “que supere la fragmentación, con sensibilidad social, con Tierra, Techo y Trabajo que garantice igualdad de oportunidades, con independencia económica”.
Dijeron que es necesario ir hacia una cultura del encuentro porque es necesario un nuevo pacto o contrato social con la participación de toda la dirigencia, para llegar al consenso y rescatando todo lo bueno que se hizo en la democracia, con logros y avances, pero con deudas aún pendientes de la democracia.
“Rescatamos la expresión casi unánime de todos los participantes… sobre la relevancia de un compromiso transversal para lograr consensos en materia de políticas públicas sostenidas para proyectar la educación, el empleo, la justicia y el desarrollo económico con inclusión. El trabajo digno, se ha dicho, no solo tiene un valor económico sino que es valorado como el principal organizador de la vida social”, indicaron.
Hubo distintos reclamos: necesidad de mayor industrialización y políticas de agregación de valor a las materias primas para la generación de empleo, acuerdos para combatir la inflación y sostener el crecimiento, mejorar el acceso a la justicia y avanzar contra la impunidad. En cuanto a la educación, si bien hubo un crecimiento de la inclusión educativa, aún se registran deudas en la calidad de formación. La escuela sigue siendo el espacio de paz, de amor a la patria y convivencia social.
“Necesitamos pasar de una democracia representativa a una democracia participativa, con la correspondiente pluralidad“, aseveraron los miembros de la pastoral social en el comunicado. Más allá de que hay sectores que cuestionan el sistema democrático, no hay que claudicar, es el marco y estilo de vida que hemos elegido tener. Agregaron que ninguna solución basada en la eliminación del otro puede ser un buen camino para recrear la democracia.
También hablaron de la necesidad de análisis sereno y profundo, que señale dónde estamos y hacia dónde ir. “Necesitamos poner ‘un oído en el pueblo y otro en el Evangelio’”, tal como expresara en lema episcopal el beato Enrique Angelelli. Para esta tarea convocaron a todos, especialmente a los más jóvenes, quienes dice el papa Francisco, no son el futuro sino el presente de esta democracia que viene.
Finalmente, alentaron a caminar en esperanza, como se expresa en ‘Fratelli tutti’ (55), “animándonos una vez más a ponernos la Patria al hombro“.