Han pasado dos días desde que diera comienzo la operación militar israelí contra Jenin (Cisjordania). Desde entonces, tal como recoge Michele Raviart para Vatican News, unos 3.000 palestinos han huido, diez han perdido la vida. Según informaciones del ejército israelí, todos los fallecidos estaban vinculados a milicias –la operación busca eliminar los centros de mando y los depósitos de municiones de grupos sospechosos de ser responsables de unos 50 ataques contra Israel el año pasado–. Se trata, de hecho, de la operación militar israelí más importante en Cisjordania desde la segunda intifada.
Sin embargo, la situación preocupa no solo a nivel internacional, sino que han sido muchas las voces que, dentro de la Iglesia católica en Tierra Santa, han clamado por lo ocurrido. Es el caso del Patriarca Latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, quien ha asegurado en Twitter que “en los últimos dos días, la ciudad de Jenin ha sido objeto de una agresión sin precedentes por parte de Israel, que también ha causado mucho daño a nuestra parroquia latina de Jenin”. “Condenamos esta violencia, hacemos un llamado a un cese al fuego y esperamos con interés la búsqueda de la paz y el diálogo para evitar más ataques injustificados a la población en el futuro”, agregó.
Algo “muy parecido” a la guerra
Más de cerca lo está viviendo Labib Deibes, párroco en Jenin: “Las negociaciones entre las dos partes están casi ausentes en estos días”, dijo a Vatican News. “Nosotros, en las últimas 24 horas, hemos vivido momentos difíciles, algo muy parecido a una guerra: explosiones, aviones, tanques, todo contra el pueblo palestino, es decir, contra unos jóvenes que tienen derecho a defender su tierra. Y por eso la situación era muy difícil”, añadió, deseando “que el pueblo palestino recupere todos sus derechos y viva en paz en su tierra”.
“Queremos ayudar al pueblo de Jenin, primero con el dinero para reparar la destrucción que ha tenido lugar, y luego haciendo todo lo posible para que el pueblo palestino recupere todos sus derechos, después de recuperarlos ya no necesitaremos ayuda extranjera y podremos vivir felices y libres”, subraya Deibes, que recuerda cómo el pueblo palestino, “siempre ha vivido gracias a la ayuda, pero no queremos la limosna, queremos nuestros derechos y si asumimos nuestros derechos que podemos vivir y proporcionar a nuestro sustento solos”. “Pido a la comunidad internacional”, concluye, “que encuentre una solución a este conflicto que se prolonga desde hace 75 años, si se resuelve este conflicto no habrá más guerra y todos vivirán felices para siempre”.
