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José Cobo ya es arzobispo de Madrid: así ha sido la acción de gracias del hijo de Agustín y Pauli cuya fe creció en Taizé





‘El Señor es mi pastor. Nada me falta’. Con este salmo -“que me ha acompañado en muchos momentos importantes de mi vida”- como telón de fondo, el nuevo arzobispo de Madrid, José Cobo, ha pronunciado su alocución de acción de gracias.



“El Señor es mi pastor: este fue el canto de Agustín y Pauli, cuando llegaron a Madrid hace muchos años, dejando su pueblo y adentrándose en una ciudad incierta, desconocida y llena de migrantes como ellos. Venían como tantos, del pueblo a la ciudad con sus hijos pequeños del brazo y con la fe curtida en el corazón. Sin teorías, pero confiados en los caminos que solo el Señor abriría. Te alabamos, Pastor bueno, por cuidarnos con rostro de pueblo, de familia, de abuelos, tíos y sobrinos”, ha señalado Cobo recordando a sus padres, presentes en la ceremonia.

Aunque “no hubo verdes praderas en aquel Madrid de los setenta, sí se abrieron caminos llenos de amigos, de parroquias, de rincones donde no puedo dejar de agradecer que me enseñaste, por ellos, a comenzar a escuchar tu voz presente y actual en medio de tu Pueblo”, ha aseverado.

Pepe Reyero, su director espiritual

Cobo ha agradecido a “cuantos me iniciasteis a descubrir que Dios habita la ciudad entre búsquedas y muchos procesos. Sois los amigos, sacerdotes y laicos que me habéis traído aquí, a este nuevo comienzo. Solo me atrevo a recordar, entre tantos, a uno que seguro muchos conocisteis: Pepe Reyero. Fue mi director espiritual y amigo desde el seminario que profetizó un día, en su mesa camilla de Carabanchel, que Dios tenía una cruz especial preparada para mí”.

Tampoco se ha olvidado de la comunidad de Taizé: “Gracias por cuantos habéis venido. En vuestra verde colina Dios sigue tocando corazones para abrirse a la confianza, la reconciliación y la oración, como aprendí en mi juventud”.

Haciendo un repaso por su vida sacerdotal, ha recordado que hace 29 años se arrodilló en la misma Catedral de La Almudena para “dejar que las manos de D. Ángel Suquía me abrazasen para sacar del corazón la promesa de obediencia y respeto”.

Un presbiterio “plural”

En su acción de gracias también ha tenido un espacio para sus hermanos obispos, pero con especial atención a sus dos auxiliares, Juan Antonio Martínez Camino y Jesús Vidal, así como a los cardenales Carlos Osoro -“por las tormentas compartidas”- y Antonio María Rouco Varela.

En su saludo al presbiterio, ha reconocido que “somos plurales, es verdad. Dicen que cada cura de Madrid tiende a ser más obispo que cura, pero sois el presbiterio generoso, trabajador y perseverante que me ha sostenido como compañero y que hoy abraza a quien solo aspira a servir, educar y celebrar con Cristo”.

Tras saludar a la vida consagrada y agradecerles su apoyo a la misión común, ha recordado las parroquias por las que ha pasado y a creyentes y no creyentes. “Gracias por los que, buscando la fe, o sin encontrarla, os acercáis esta mañana a esta catedral para estar cerca de los creyentes, en esa orilla donde hablamos un lenguaje común, que es el amor y el cariño. No dejéis de interpelarnos y de compartir vuestras búsquedas”, ha recalcado.

Cobo ha concluido agradeciendo su presencia a las Iglesias cristianas y a la comunidad musulmana, así como a las autoridades y los vecinos de Sabiote (Jaén), su pueblo natal, acompañados por su alcalde.

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