Demetrio Fernández pide “aceptar el resultado nos guste o no, respetando la autoridad de los que gobiernen”
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ofrece en su carta semanal los cinco criterios para votar en las elecciones del 23-J. A las puertas de la cita electoral, el prelado insiste en la necesidad de “aceptar el resultado nos guste o no, respetando la autoridad de los que gobiernen”.
Fernández pide, en primer lugar, “acercarse a cada uno de los programas que presentan los diferentes partidos políticos, para formarse un juicio concreto y votar en consecuencia”, aunque “ningún partido político se identifica plenamente con el Evangelio y todos y cada uno recoge elementos de la enseñanza de Jesucristo en el Evangelio”.
El prelado invita también a los fieles a releer la Doctrina Social de la Iglesia antes de acudir a votar, acto que considera “un derecho y una obligación”. Así, aunque “hay muchos criterios a tener en cuenta”, Fernández señala estos cinco.
“La vida, la promoción de la vida, el respeto a la vida en todas las fases de su existencia. Desde el momento en que la vida es concebida en el seno materno, la vida es sagrada, porque es siempre un don de Dios. Trabajar en esa dirección, aunque no puedan cumplirse todos los objetivos, dada la pluralidad de opciones que conviven en nuestra sociedad. A eso se añade el problema de la baja natalidad, que va despoblando nuestro suelo y haciendo que sean más los mayores que los niños. Programas que fomenten la vida y la natalidad”, señala.
“El respeto sagrado a la vida debe llevar a atender a los débiles, a los más vulnerables o disminuidos, a las personas que afrontan una enfermedad incurable incluso en situación terminal. Una sociedad mide su altura moral por la capacidad que tiene de atender a estas personas. Introducir la ‘muerte digna’, esto es, matar al que sufre porque es más barato que atenderle, es una grave degradación social, aunque lo pidiera el enfermo. Cuando un enfermo es querido y atendido, no pide la muerte”, detalla.
“El nido de la vida es la familia, la unión del varón y la mujer abierta a la vida, que Dios santificó desde el principio y que Jesucristo ha elevado a la categoría de sacramento. Ya sé que muchos piensan otra cosa, y respeto a las personas sea cual sea su situación, pero Dios tiene un plan para el hombre en la familia tal como Él la ha diseñado, y ahí está la felicidad del hombre y de la mujer, y la armonía de la sociedad entera. No se trata de la familia tradicional, sino de la familia según el plan de Dios, que no pasa de moda”, afirma.
“Analizar las propuestas de progreso social para todos, sin excluir a nadie. Y menos aún sin excluir a Dios o no dejándole lugar. Dios es el mejor garante de los derechos y la dignidad humanos. Prestar especial atención a todas las situaciones humanas de injusticia, de marginación, de violencia, de respeto a la dignidad de la persona, del derecho al trabajo digno, del derecho a la vivienda, del derecho a la educación según la elección de los padres, del derecho a una sanidad para todos, y de la solidaridad con los más pobres de la tierra, incluyendo a los emigrantes, que buscan una mejor situación y nos aportan tanto”, agrega.
“Y en el medio ambiente, amar y cuidar la naturaleza porque es obra de Dios creador para el hombre, reconociendo en ella las huellas del Creador. No mal empleando los recursos naturales ni sometiendo a la creación a tortura o violencia, que contamina y mata. Cuidemos todos la Casa común, según la ecología integral de ‘Laudato si””, subraya.