Europa

Indemnizada una víctima tras ser violada en una residencia infantil polaca ante la inacción de las monjas

“Quiero enfatizar claramente que la esencia no es el monto monetario, sino el hecho mismo de llevar este caso a una conclusión, para demostrar que había un mal en este centro”, ha dicho su abogado





112.908 euros ha sido la cifra recibida por Paweł, quien fue, tal como relata Notes from Poland, víctima de abusos en la residencia católica para niños, dirigida por monjas, en la que pasó su infancia. De esta manera, ha recibido la mayor indemnización jamás realizada en Polonia.



“Quiero enfatizar claramente que la esencia no es el monto monetario, sino el hecho mismo de llevar este caso a una conclusión, para demostrar que había un mal en este centro”, ha dicho el abogado de la víctima. Por su parte, la orden religiosa aún no se ha pronunciado públicamente sobre el veredicto.

Hermana Bernadetta

Paweł llegó al centro –dirigido por las hermanas de San Carlos Borromeo en la ciudad de Zabrze (Polonia)– a los 18 meses, y permaneció en él más de 12 años. Más de una década de infierno en la que no solo sufrió violencia física y psicológica por parte de las religiosas, sino que, según su testimonio, estas también permitieron que otros niños mayores lo violaran y golpearan. Esta situación llegó a su fin cuando, a los 14 años, le contó a un profesor lo que estaba viviendo, y pudo ser así trasladado a otra institución.

El caso de Paweł es uno de los que se recogen en el libro ‘¿Perdonará Dios a la Hermana Bernadetta?’ (2014), en el que la periodista Justyna Kopińska relata cómo las religiosas golpeaban a los niños bajo su cuidado “con perchas, cucharones de sopa, un cinturón, batidores, llaves, sillas”, además de pasar por alto las violaciones cometidas por los más mayores. Todo esto, bajo el mando de la directora del centro, Agnieszka F., también conocida por su nombre religioso, hermana Bernadetta, quien en 2010 recibió una sentencia condicional de dos años de prisión. Durante tres años, la religiosa solicitó un aplazamiento de su sentencia debido a su edad (aunque tenía cerca de 50 años) y mala salud. Sin embargo, ingresó en prisión en 2014.

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Etiquetas: abusosPolonia
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