Para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la celebración del Día de los Abuelos “nos da la oportunidad de detenernos a reflexionar sobre el papel que nuestros mayores juegan en la sociedad española”. En un comunicado de adhesión a esta Jornada Mundial instituida por el Papa Francisco y que en España abandera el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, el líder socialista reivindica “el valor de su memoria, tanto familiar como social”, en tanto que se trata de “un capital que como país debemos cuidar y preservar”. En Roma, la celebración tuvo lugar el pasado domingo en el marco de la festividad de san Joaquín y santa Ana, abuelos de Jesús, que es hoy 26 de julio.
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“Una sociedad democrática no puede permitirse prescindir de su voz y de su experiencia ni desperdiciar su talento”, subraya el mandatario, sabedor de que España cuenta con una de las esperanza de vida más alta del planeta. De hecho, admite que “implica un excepcional desafío en cuanto a los cuidados”, tanto físicos como afectivos.
Más interacción
En este sentido, incluso se detiene en la necesidad de integración en la transformación digital, fomentando “canales de comunicación más humanos y cercanos para que nuestros mayores puedan interaccionar más fácilmente con las instituciones, los bancos y los servicios públicos”.
En el marco del actual contexto electoral, el líder socialista se detiene además a reconocer “el sacrificio de la generación que trajo la democracia a España”, para hacer hincapié en la necesidad de dar un paso adelante para que participen en el debate público. “A ellos les debemos lo que somos”, insiste, recordando cómo además han sido el colchón tanto en la crisis financiera de 2008 como durante la pandemia que “padecieron más que nadie”. Así, pone el ejemplo de Araceli, la primera española vacunada contra el coronavirus que “nos devolvía la esperanza”.
Lazos afectivos
En esta misma línea, Sánchez asume que “los poderes públicos deben dar continuidad” en la promoción de valores como los “lazos afectivos familiares”, que no son frecuentes “en otras sociedades”. “Es parte de nuestro carácter y nuestra forma de ser”, incide el presidente, en un llamamiento a desenterrar la soledad.
“En una sociedad digna, el umbral de la decencia lo ofrece el modo en que cuidamos de quien más expuesto está a la adversidad”, concluye el presidente del Gobierno, reiterando su compromiso por “mejorar sus condiciones materiales de vida, no solo como un deber moral, sino como una exigencia que comparte y demanda toda la sociedad española”.