La Iglesia ha emprendido la pedagogía de la paz en todo el país, producto del cuarto ciclo de negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla del ELN (Ejército de Liberación Nacional) en el que han fungido como facilitadores.
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Se trata de una serie de talleres para la implementación de los acuerdos de paz sobre estas negociaciones, coordinados por Héctor Fabio Henao, representante del episcopado para las relaciones Iglesia- Estado.
La Misión de verificación de las Naciones Unidas secunda esta iniciativa a través de su representante especial del Secretario General de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu.
Henao aseguró que estos talleres son “un mecanismo que fundamentalmente le pide a la Iglesia ayudar a fortalecer todos los esfuerzos para evitar, para prevenir accidentes, para proteger a la población”.
Nueve regiones en total
La primera parada fue en Tame (Arauca), una de las regiones más azotadas por la violencia armada. Allí han celebrado un taller sobre el rol de la Iglesia Católica colombiana en el Mecanismo de Veeduría, Monitoreo y Verificación (MVMV) del cese al fuego bilateral, nacional y temporal (CFBNT) acordado entre el Gobierno Nacional y esta guerrilla.
Jaime Cristóbal Abril, obispo de Arauca, abanderó este espacio en el que han participado unos 20 delegados de esta jurisdicción y de la vecina diócesis de Yopal. Aprovecharon para profundizar en el protocolo de monitoreo, misión que se basa en su identidad pastoral y humanitaria como en su doctrina eclesial sobre paz.
Este ciclo formativo también se realizó en las diócesis de Quibdó e Istmina-Tadó, departamento del Chocó, pacífico colombiano, otra de las zonas ‘calientes’ del conflicto.
Mario de Jesús Álvarez, obispo de estas dos jurisdicciones, lideró a los agentes de pastoral presentes. Además han participado delegados de la diócesis de Pereira, en el eje cafetero.
En total serán nueve las regiones del país en las que se implementará el mecanismo. Entre estas: arquidiócesis de Cali, Medellín y Bucaramanga, y las diócesis de Arauca, Quibdó, Valledupar, Pasto, Soacha y Cúcuta.
Foto: Archivo