La decoración de la fachada del Santuario de Nuestra Señora Aparecida (Brasil) se ha frenado en seco por el escándalo de abusos que ha envuelto en los últimos meses al artista responsable de llevar a cabo el proyecto: Marko Rupnik.
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Y es que las obras han sido interrumpidas después de que el pasado 25 de julio el delegado para las Casas y Obras Romanas Internacionales de la Compañía de Jesús, Johan Verschueren, declarase en un comunicado que Marko Rupnik ya no es jesuita. Daba, así, por concluido el proceso de expulsión después de que hubieran pasado los 30 días previstos para que “pudiera apelar” contra el decreto de renuncia a la Compañía de Jesús firmado por el Padre General que le fue entregado el pasado 14 de junio.
Centro Aletti
En una nota enviada al medio brasileño Itatiaia, el Santuario de Aparecida confirmaba que los trabajos de revestimiento de la Basílica fueron diseñados y ejecutados con mosaicos del Centro Aletti, del que Rupnik era, hasta hace poco, principal artista. “Como el sacerdote es miembro de esta institución, el Santuario Nacional sigue de cerca el caso y espera la orientación de la Iglesia para sus definiciones”, señala la nota.
De hecho, Verschueren afirmaba en su momento también que “es firme voluntad de la Compañía de Jesús distanciarse también jurídicamente del Centro Aletti”, el cual, durante muchos años, fue el ‘taller’ artístico de Rupnik. Además, pretenden abandonar “formalmente la Asociación Pública de Fieles que lleva el mismo nombre y buscando la mejor manera de rescindir las relaciones de colaboración con el Centro”.