“¿Qué escalofrío te ha dejado congelado en tu vida?”. Con esta pregunta arrancó esta mañana su catequesis el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo. En un auditorio al aire libre en el municipio de Cascais, animó a los peregrinos participantes en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa a seguir el ejemplo de la Virgen María, que “supo confiar en Dios, Él es una garantía de éxito”.
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“El ángel también dejó descolocado a María con su anuncio, como nos pasa a nosotros en tantas situaciones cotidianas”, expuso el operario diocesano, que no tuvo problema alguno en verbalizar problemas con los que se enfrentan en su día a día los jóvenes, como “la sensación que te deja cuando te levantan la novia, cuando dudas si estás o no embarazada o cuando la persona que más quieres se muere de repente”.
Consuelo y apoyo
“Ante estas encrucijadas, Dios siempre pone mediaciones. En este caso, Isabel. Muchas veces pensamos que es María la que va a ayudar a su prima porque está embarazada, pero veámoslo en otra clave. María también busca en Isabel consuelo y apoyo, el compartir una experiencia que están atravesando ambas”, añadió el prelado.
A partir de ahí, alentó a cuantos le escuchaban a ser como la Madre de Jesús, “capaces de salir de nosotros mismos a los demás, porque estamos preñados de Dios, llenos de Dios”. “Pero, ¿para qué salimos? Para cambiar el mundo, para hacer realidad esa ecología integral con unos valores que son diferentes y posibles”, expuso. Pérez Pueyo defendió que “hoy se puede ser joven, inteligente, guapo, moderno y creer en Dios”.
Desvelar el Misterio
Echando mano de su creatividad, Pérez Pueyo pidió a los jóvenes que escribieran en su móvil “esa historia que les han dejado congelados y preocupados, sea porque no encuentran trabajo, porque atraviesan alguna dificultad personal o familiar, y cómo pueden salir de ella”.
“Todos necesitamos desvelar un misterio para conocer el Misterio, como decía Martini”, les comentó para animarles a que se lo contaran a quien tuvieran al lado o se lo hicieran llegar a su mejor amigo a través de un mensaje de Whatsapp. “María no compartió sus miedos con sus padres o con su esposo, sino con su amiga Isabel. Contad vosotros también con vuestros amigos y con vuestro mejor amigo que es Jesús”, defendió.
