“Quiero decirles que sigan así, sigan manteniéndose en las olas de la caridad, ¡sean ‘surfistas del amor’! Que el servicio de la JMJ sea la primera de muchas olas de bien”. De esta manera se ha expresado el papa Francisco en el encuentro con voluntarios en el Paseo Marítimo de Argés que pone fin a la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa.
- PODCAST: Francisco, víctima del Espíritu Santo
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Antes del ‘muito obrigado’ del Pontífice a los voluntarios, el patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, ha señalado que estos jóvenes voluntarios son ya conocidos como la “generación JMJ 2023”.
Así, Chiara (Alemania, 18 años), Filipe (Portugal 33 años) y Francisco (Portugal, 24 años) han agradecido a Jorge Mario Bergoglio su presencia en el país. Y el Papa ha tenido una palabra para cada uno de ellos en un evento que se ha acortado debido a las altas temperaturas, que superaban los 38 grados en un espacio sin lugar para la sombra.
“Quien ama no se queda de brazos cruzados”
Dirigiéndose a todos, Francisco les mostró su agradecimiento por “haber trabajado tanto y tan bien, han hecho posible que estos días sean inolvidables. Han trabajado durante meses, discretamente, sin ruido ni protagonismos, para que todos pudiéramos estar aquí cantando juntos: ‘Jesús vive y no nos deja solos: ya no dejaremos de amar'”.
Y es que, según ha advertido el Papa, “quien ama no se queda de brazos cruzados, sino que se apresura para ir al encuentro de los demás. Y ustedes, ¡cuánto han corrido en estos meses y en estos días! Los he visto mientras respondían a mil necesidades, a veces con el rostro marcado por el cansancio, otras veces un poco abrumados por las urgencias del momento, pero siempre con los ojos luminosos”.
Sobre los testimonios de Chiara, Francisco y Filipe, el Papa ha señalado que “los tres nos han hablado de un encuentro especial con Jesús”. “Nos han recordado que el encuentro más hermoso, el motor de todos los demás, que lleva adelante la vida, es con Él. Renovar cada día el encuentro personal con Jesús es el centro de la vida cristiana”, ha agregado.
Chiara, Francisco y Filipe
Chiara ha destacado que la preparación de la JMJ ha estado guiada en torno a la oración y la Eucaristía. Sobre esto, Bergoglio le ha recordado que, “cuando la jornada se organiza en torno a la oración y la Eucaristía, después de trabajar arduamente y luego encontrarse en silencio, para la adoración ante el Señor, descubrimos que está cerca nuestro, que su amor es más puro que cualquier otro”.
El joven Francisco ha recalcado que había encontrado en la JMJ algo que necesitaba y que ni siquiera buscaba, a lo que el Papa le ha recordado que ,”cuando sentimos que las cosas no van, a menudo nos lanzamos a otras distintas, que así se convierten en anestésicos, en vías de escape, pero que no resuelven el problema. En cambio, para poner orden en la vida no sirven las cosas, las distracciones y el dinero, es necesario dilatar el corazón, ensancharlo abriéndolo al amor”.
En relación a Filipe, quien ha hecho hincapié en que en la JMJ ha vivido un doble encuentro: con Jesús y con los demás, Francisco ha dicho que “el encuentro con Jesús es un momento personal y único, que se puede describir y contar solo hasta cierto punto, pero siempre llega gracias a un camino recorrido en compañía, realizado gracias a la intercesión de los demás”.
Así, el Papa se marcha de Lisboa, pero con una última tarea a sus voluntarios: que no se olviden de rezar por él. Y a favor…