En un comunicado firmado por su Consejo, la Comunidad de Vida Cristiana en España (CVX-E), ha lamentado que, en el transcurso de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, clausurada ayer, “personas jóvenes LGTBIQ+ presentes en las jornadas y cercanas a nuestra comunidad, creyentes dispuestas a seguir a Jesús, nos han hecho llegar su experiencia de rechazo y violencia. Rechazo de parte de personas que, creyéndose legitimadas para juzgar quién debe ser o no católico (universal), no respetan a su prójimo, lejos de amarlo”.
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Puesto que “soñamos una Iglesia y una juventud católica cuya voz clame a favor del cuidado de la casa común, de los y las descartadas y pobres, de la búsqueda de la igualdad y de la defensa de la diversidad”, CVX-E “condena todo ataque a las personas LGTBQ+, y pide a la Iglesia en España que se abra a la acogida a todas las personas bautizadas en pie de igualdad, sin distinción de identidad u orientación sexual”.
Una experiencia única
En este sentido, la comunidad siente que la JMJ es “un evento convocado por el Papa con el objetivo de salir al encuentro de tantos y tantas jóvenes que quieren vivir al estilo de Jesús de Nazaret”. Y eso es lo que, sin duda, han vivido “la inmensa mayoría de los más de un millón de jóvenes congregados”, para los que “la experiencia habrá sido única”.
Haciendo suyo el “todos, todos, todos” que Francisco ha clamado insistentemente en Lisboa, desde CVX-E sienten con nitidez que “ha resonado con fuerza su reivindicación de que en la Iglesia caben todas las personas, sin excepción. Sigue la llamada del Sínodo, con la imagen de ensanchar la tienda, para lo que todos y todas necesitamos mirar a la realidad con los ojos de Dios misericordioso, que ama todo lo creado, sin exclusiones”.