El obispo de la diócesis hondureña de Danlí y actual secretario del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), José Antonio Canales, en este momento ve muy difícil la liberación del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, preso en Nicaragua desde febrero de 2023 y sentenciado a 26 años de prisión por delitos considerados ‘traición a la patria’.
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Debido a la cercanía de la diócesis de Danlí con la de Matagalpa, el obispo Antonio Canales llegó a tener estrecha colaboración pastoral con el obispo Rolando Álvarez.
Al conversar con Vida Nueva sobre la situación actual de la Iglesia en Nicaragua, el obispo aseguró, en primer lugar, que actualmente ve muy difícil la liberación de Álvarez: “no lo veo libre, pues todo apunta a que Nicaragua va a un Estado totalitario”.
Y es que -opina- “en un estado totalitario no se admite la disidencia, y el gobierno nos ha dado detalles de que camina en esa ruta. Por lo tanto, no veo libre a monseñor Álvarez en este momento”.
Continuó: “si cambiara algo en Nicaragua, y el gobierno rectificara y quisiera un poquito bajar el peso de la persecución para la disidencia, incluyendo la Iglesia, entonces podríamos ver un rayo de esperanza, pero en este momento no”.
Una misma forma de hacer Iglesia
La diócesis de Danlí, a cargo del obispo Canales, se encuentra apenas a 35 minutos de Nicaragua; “tengo más lejos la capital de Honduras, a dos horas, por lo tanto, en algún momento tuvimos intercambios, sobre todo un sacerdote de la diócesis de Matagalpa que vino a trabajar a la mía como misionero”.
También recordó que se estuvo con el obispo Rolando Álvarez en los encuentros centroamericanos de obispos: “lo conocí propiamente en San Salvador; él llegó a estar en mi diócesis, y yo he estado en una visita también en su diócesis, así que hemos compartido, además de que somos casi contemporáneos en edad, entonces eso hace que nos hemos sentido más afines a los puntos de vista, de la forma de hacer Iglesia, la forma de la Pastoral”.
¿El objetivo? Asfixiar a la Iglesia
El actual secretario del SEDAC se refirió también el actual bloqueo de cuentas bancarias a la Iglesia católica en Nicaragua:
“En su afán de crear un estado totalitario, las autoridades nicaragüenses -ilegales, por cierto; en unas elecciones que no reconocía el mundo democrático- han cancelado todo lo que signifique injerencia extranjera en Nicaragua, así lo llaman ellos”.
“Por ejemplo -detalló- el cancelar la personalidad jurídica de miles de ONG’s que hacían una labor increíble en Nicaragua, prefirieron sacrificar todo el beneficio que la gente recibía de las ONG para no tener ningún vínculo con el exterior”.
“Quieren oprimir y ahogar a la Iglesia”
En particular -dijo Canales- la institución con la que han topado frontalmente es la Iglesia católica, “es la institución que, para ellos, ha sido el enemigo número uno, y por lo tanto quieren oprimirla, desaparecerla, ahogarla, quieren eliminarla por cualquier frente que sea posible, desde cualquier flanco, sin dejar que otros sacerdotes extranjeros lleguen”.
Y añadió: “Incluso, contra los propios sacerdotes nicaragüenses. Esto es un caso inédito: que un nacional no pueda ingresar a su propio país por una diligencia, por cuestiones de salud. En cuestiones de visitar a familiares fuera del país, al tener embarcarse para regresar a su país, les han dicho ‘no puede regresar’, pero son nicaragüenses, o sea, aquello ha llegado a unos límites increíbles”.
En ese sentido, dijo que el congelamiento de cuentas bancarias es otra de las maneras de ahogar a la Iglesia, “de sofocarla, de alguna forma algún camino que ellos dicen es para eliminarla. Entonces no me sorprendió eso en el sentido de que yo ya estaba viendo que es por cualquier medio que ellos puedan oprimir y ahogar a la Iglesia, lo van a hacer”.
Más solidarios con Nicaragua
El obispo Canales señaló que él, en su postura de obispo, puede hablar por las redes, por los medios de comunicación, y “denuncio lo que puedo, pero estar dentro de Nicaragua es otra cosa. Entonces yo creo que sacerdotes y obispos en Nicaragua hacen lo que pueden en las circunstancias propias que les toca vivir.”
Lo que hace la Iglesia en Nicaragua -dijo- es seguir adelante “en medio de esta persecución que nos parece increíble en el año 2023, cuando pensábamos que eran situaciones superadas en la humanidad, pues en Nicaragua es un retroceso del siglo podemos decir en ese sentido”.
Para concluir, el obispo exhortó a que el mundo sea más solidario con Nicaragua, pues dijo al ser un país pequeño de Centroamérica, “pobre, quizá por eso muchas veces los medios de comunicación no hacen caso a lo terrible que está ocurriendo en aquel país; tristemente vivimos en un mundo donde bastante pega este dicho: ‘tanto tienes, tanto vales'”.
Y en ese sentido consideró que la atención que los medios de comunicación dan “al calvario que están viviendo los nicaragüenses, es lamentable, es muy triste. Quizás si Nicaragua fuera un país petrolero y rico, muchos tendrían la vista en él, pero en un país pobre la gente está sufriendo allá y los medios de comunicación, con sus excepciones, claro, callan. Incluso de organismos internacionales hay bastante silencio en relación a lo que pasa con Nicaragua, y eso es muy lamentable”.