“Mientras se libra la guerra en Ucrania y en otras partes del mundo, y mientras se planifica la guerra en ciertos salones ocultos, la JMJ ha demostrado a todos que otro mundo es posible: un mundo de hermanos y hermanas, donde ondean las banderas de todos los pueblos. ¡Juntos, codo con codo, sin odio, sin miedo, sin cierres, sin armas! El mensaje de los jóvenes fue claro: ¿lo escucharán los ‘grandes de la tierra’? Es una parábola para nuestro tiempo, y todavía hoy Jesús dice: ‘¡El que tiene oídos, escuche! ¡Quién tiene ojos, que mire!'”. Así se ha expresado el papa Francisco hoy durante la audiencia general de los miércoles en el Aula Pablo VI.
- PODCAST: Francisco, víctima del Espíritu Santo
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Tras todo el mes de julio sin celebrarse debido al descanso del Pontífice, Jorge Mario Bergoglio ha retomado hoy su catequesis centrándose en el reciente viaje apostólico a Portugal con motivo de la XXXVII Jornada Mundial de la Juventud.
“El domingo volví del viaje a Portugal, donde participé, junto a miles de jóvenes de distintos países, en la JMJ. Les agradezco a todos, tanto a las autoridades civiles y religiosas de ese país, como a los numerosos colaboradores y voluntarios. No quiero olvidar a los jóvenes peregrinos que llegaron a Lisboa de todas partes del mundo, así como a las familias y comunidades que los han alentado y acogido, y a tantas personas que nos han acompañado con sus oraciones. Juntos han hecho posible esta gran fiesta de la fe. ¡Gracias!”, ha comenzado diciendo el Papa.
Asimismo, durante su alocución, ha dejado claro que “la Jornada Mundial de la Juventud no es un viaje turístico, es un encuentro con Cristo vivo en la Iglesia, un encuentro que toca el corazón, y donde muchos descubren la llamada de Dios: al matrimonio, a la vida consagrada, al sacerdocio”.
“En esta ocasión nos guió especialmente la figura de la Virgen María. Ella nos transmite la alegría de saber que Dios ‘nos llama por nuestro nombre, a todos’, que nos convoca para formar parte de su Pueblo y ‘nos envía’ para salir ‘sin demora’ a anunciar que Él es nuestro Padre y ama a todos sus hijos”, ha señalado parafraseando algunos de sus discursos en la capital lusa.
“Que Ucrania pronto recupere la paz”
Para Francisco, “el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo resucitado, ha puesto en movimiento el corazón y los pasos de los jóvenes del mundo por los caminos del Evangelio, y esto es fuente de esperanza para la familia humana”.
Por otro lado, el Pontífice también ha recordado su breve paso por el Santuario de Fátima para rezar el Rosario junto a algunos jóvenes enfermos: “Recé para que Dios sanara al mundo de las enfermedades del alma: soberbia, mentira, enemistad, violencia”.
En su saludo a los peregrinos de lengua española ha pedido al Señor, “por intercesión de Nuestra Señora de Fátima, que bendiga y fortalezca a todos los que han participado en la Jornada Mundial de la Juventud, para que lleven la alegría del Evangelio hasta los confines de la tierra”.
Antes de despedirse, un nuevo recuerdo para Ucrania: “Hoy celebramos la fiesta de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), Virgen y Mártir, copatrona de Europa: su testimonio estimula el compromiso por el diálogo y la fraternidad entre los pueblos y contra toda forma de violencia y discriminación. Encomendamos a su intercesión a la querida población de Ucrania, para que pronto recupere la paz”.
