El Programa Mundial de Alimentos estima que 345 millones de personas enfrentarán hambre aguda este año, mientras que 129.000 sufrirán hambruna
Los obispos de Estados Unidos hicieron un llamado a los líderes del mundo a garantizar la seguridad alimentaria, pues de acuerdo con cifras del Programa Mundial de Alimentos (PMA), este año unos 345 millones de personas enfrentarán hambre aguda, mientras que 129.000 padecerán hambruna.
A través de un comunicado, el obispo de Rockford y presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), David Malloy, explicó que la inseguridad alimentaria mundial ha aumentado en los últimos años debido a los impactos de la pandemia, los desastres naturales y las crisis económicas.
Pero también -añadió el obispo- debido al conflicto bélico entre Ucrania y Rusia: “Ucrania, antes de la invasión rusa, era considerada ‘el granero de Europa’, ya que enviaba al mundo cantidades significativas de trigo, maíz y cebada, y casi la mitad del aceite de girasol a través de los puertos del Mar Negro. Cuando Rusia invadió Ucrania, esos puertos fueron bloqueados”, detalló.
Pero gracias a la Iniciativa de Granos del Mar Negro -un acuerdo negociado por la ONU entre Rusia y Ucrania- en julio de 2022, Ucrania pudo exportar alrededor de 33 millones de toneladas de granos y otros productos agrícolas.
Por desgracia -lamentó el obispo- Rusia no sólo se retiró de dicho acuerdo, sino que bombardeó las instalaciones de almacenamiento de granos en Ucrania, lo cual “tendrá un gran impacto en la disponibilidad de suministros de alimentos en un momento en que más personas necesitan urgentemente alimentos”.
Esta es la razón por la cual el PMA estima que 345 millones enfrentarán hambre aguda este año, y 129,000 hambruna, principalmente en Afganistán, Siria, Yemen, el Cuerno de África y Myanmar.
El obispo Malloy destacó que al reconocer el papa Francisco esa ‘necesidad crítica’, ha dicho que “el bloqueo de las exportaciones de cereales de Ucrania, del que dependen las vidas de millones de personas, especialmente en los países más pobres, es motivo de gran preocupación”.
Asimismo -refirió- el Papa hizo un llamado “para que se haga todo lo posible para resolver este problema y garantizar el derecho humano universal a la alimentación. ¡Por favor, no uses el trigo, un alimento básico, como arma de guerra!”.
Malloy advirtió que la crisis alimentaria está “entrelazada con la persistencia de conflictos”, por lo que se unió al Santo Padre “para pedir a los líderes mundiales que miren más allá de los intereses nacionales estrechos, se centren en el bien común y se unan para garantizar que los suministros de alimentos críticos puedan fluir a los más necesitados”.
“Los más vulnerables están llorando de hambre. Con la compasión de Cristo, tenemos que hacer escuchar sus gritos y ayudar“, concluyó.