La Jornada Mundial de la Juventud 2023, efectuada del 1 al 6 de agosto en Lisboa, Portugal, mostró una Iglesia con muchas realidades y situaciones que atender, pero que está viva para dar respuesta a todos aquellos que necesitan el mensaje de salvación.
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Así lo aseguró a Vida Nueva el padre Jorge Martínez Ruz, coordinador de la Pastoral de Comunicación en la arquidiócesis de Yucatán, e integrante de la Comisión Episcopal de Pastoral para la Comunicación.
El sacerdote se dijo satisfecho de su participación en esta JMJ que reunió a un millón y medio de jóvenes: “hemos podido ver, después de la pandemia, una Iglesia sedienta del mensaje de Dios y del encuentro con el Papa; una Iglesia guiada por el Papa, quien, a pesar de su cansancio y su edad, da lo mejor de sí, con un entusiasmo que conecta con la juventud”.
“Me quedo con eso, con haber encontrado a un Cristo vivo, joven, apresurado en servir y, sobre todo, que está presente en cada uno de sus hijos, de los hijos de Dios Padre; en que está presente en cada uno de los peregrinos, de los voluntarios, de los obispos”, añadió.
El Papa en contacto con los jóvenes
El padre Jorge Martínez ha vivido cinco JMJ (Madrid, Río de Janeiro, Cracovia, Panamá y Portugal). En todas ha asistido como voluntario en el área de Comunicación, “colaborando con el Comité Organizador Local, acompañando a periodistas, o en la sala de prensa; en esta ocasión, en Portugal, me tocó realizar ambas cosas”.
Su motivación para asistir a las JMJ es el vivir un encuentro de Iglesia que lo renueva vocacionalmente; “nos hace ver al Papa en contacto con su pueblo, su comunidad y los jóvenes, con la Iglesia universal viva, lo que marca siempre el destino y la vida de todos aquellos que participan”.
Asimismo, señaló que para él es importante ir a colaborar, “no tanto como un peregrino, sino como un participante activo; aportar algo de mi profesionalismo, de mi sacerdocio; es algo que también me llena de alegría, de gozo, el aportar a este gran evento de Iglesia, ser un colaborador activo para que las cosas salgan mejor, sobre todo en el tema de comunicación”.
Una delegación mexicana con protagonismo especial
Al referirse a la participación de los jóvenes mexicanos en esta JMJ, el padre Jorge Martínez destacó que “indudablemente la comunidad hispanohablante latinoamericana, y particularmente la mexicana, tienen un protagonismo especial: yo pude participar en el encuentro con los mexicanos, que fue el día que iniciaban las actividades en el parque Cristonautas“.
“Se tuvo un momento de alabanza y adoración al Santísimo; fue presidida por el obispo auxiliar de Monterrey, Heriberto Cavazos; había cerca de 2.000 mexicanos presentes”, agregó.
Compartió que en el día de la recepción del papa Francisco en el Parque Eduardo VII: “cuando dio el extraordinario mensaje de ‘en la Iglesia caben todos, todos, todos’; casi al final del encuentro, un grupo de mexicanos gritó ‘Francisco, hermano, ya eres mexicano’, a lo que el Papa hizo un movimiento como si estuviera poniéndose un gran sombrero de charro con las manos; entonces, esto detonó los aplausos, porras y risas”.
De igual modo, “a lo largo de todo Lisboa se vieron contingentes y grupos de mexicanos con sus banderas: la de México, la de la Virgen de Guadalupe”.
María fue presurosa
PREGUNTA.- Conociendo las realidades particulares que viven los jóvenes mexicanos, ¿qué mensaje del papa Francisco rescataría para ellos?
RESPUESTA.- El que más resuena para los jóvenes mexicanos es el tener en cuenta sus realidades, aunque creo que este mensaje ha sido para todos, porque la realidad de los jóvenes es muy parecida en los demás países, en el sentido de que los jóvenes están en busca de su sentido de identidad, de ir construyendo su futuro, de ir involucrándose.
El Papa ha insistido también en el tema de la paz, haciendo referencia a la guerra de Ucrania; eso, para México, debe resonar, debemos ser constructores de paz.
El Papa dijo además que la alegría es misionera. Entonces hay que ir muy de la mano con la misión, el anuncio, pero siendo alegres.
El tema de ayudar a levantar a otros que han caído, que es el único momento válido en que podemos ver a alguien de arriba hacia abajo, ayudar a levantarlos.
También el Papa ha hecho hincapié en el lema de esta jornada: que María fue presurosa a visitar a su prima; entonces hay que ser ágiles, ávidos, apresurados para ir a ayudar y para ir a servir.
Tener una JMJ es el sueño de los mexicanos
Con respecto a la posibilidad de que la siguiente JMJ, después de Corea del Sur, sea en México para coincidir con los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, en 2031, el padre Jorge Martínez aseveró: “Esto depende de muchas cosas, la situación del país, los obispos, si están en posibilidad de recibir, de ser sede, pues esto implica muchas cosas, y también de que el Papa elija esta sede en comunión con los obispos”.
En Corea del Sur, por ejemplo, han estado muy entusiasmados diciendo que este evento en el 2027 será algo que ayudará a unir a las dos Coreas; eso será un gran punto de unión en un continente en el que recientemente no se han tenido jornadas mundiales.
En América Latina hemos tenido ya en Panamá, Río de Janeiro, recientemente en la última década. Entonces, vamos a ver qué es lo que decide el Papa y los obispos, sobre todo la decisión del Espíritu Santo que sabe a dónde va según las circunstancias.
Independientemente de si la jornada se tuviera en México o no, en el 2031 sabemos que México y toda América Latina celebrará con gran entusiasmo el jubileo por las apariciones guadalupanas, en sus 500 años. No hace falta tener una jornada para celebrar una fiesta grande, sabemos que nuestra celebración en torno a la Virgen de Guadalupe será extraordinaria, pero pues qué más sueño de los mexicanos que poder tener una jornada aquí en nuestro país.
Foto: padre Jorge Martínez Ruz.