El papa Francisco ha recibido este lunes a una delegación de juristas de los estados miembros del Consejo de Europa firmantes del Llamamiento de Viena. Un texto del 11 de junio de 2022 que “comprometerse en favor del Estado de derecho y de la independencia de la justicia”. Algo que el pontífice considera necesario en circunstancia como las de la “insensata guerra de Ucrania”.
“Los tiempos de crisis social, económica, de identidad y de seguridad desafían a las democracias occidentales a responder eficazmente a ellas, manteniéndose fieles a sus principios; principios que deben recuperarse continuamente y cuya defensa exige una gran vigilancia”, reclamó el Papa frente a “la tentación de hacer excepciones, de limitar –al menos temporalmente– el Estado de Derecho en la búsqueda de soluciones fáciles e inmediatas”. “El Estado de Derecho está al servicio de la persona humana y pretende proteger su dignidad, y esto no admite excepciones”, recalcó el pontífice.
Además, señaló Bergoglio “cada vez se extiende más una concepción errónea de la naturaleza humana y de la persona humana, concepción que debilita su misma protección y abre progresivamente la puerta a graves abusos bajo la apariencia del bien”. Por ello, dejó claro “que el fundamento de la dignidad de la persona humana reside en su origen trascendente, que prohíbe, en consecuencia, toda violación de la misma; y esta trascendencia exige que, en toda actividad humana, la persona se sitúe en el centro y no esté a merced de las modas y poderes del momento”. “El respeto de los derechos humanos sólo puede garantizarse y el Estado de derecho sólo puede encontrar solidez en la medida en que los pueblos permanezcan fieles a sus raíces alimentadas por la verdad, que constituye la savia de toda sociedad que aspire a ser verdaderamente libre, humana y solidaria”, ratificó el Papa especificando la relación de los derechos con el bien común.
“Es esencial que en nuestras sociedades se preserven espacios de confianza donde las personas puedan expresarse y depositar sus cargas”, dijo Francisco a los juristas a quienes agradeció también “su compromiso de participar en la elaboración de un marco reglamentario en favor de la protección del medio ambiente” ya que “no debemos olvidar nunca que las jóvenes generaciones tienen derecho a recibir de nosotros un mundo bello y habitable, y que ello nos inviste de serios deberes para con la creación que hemos recibido de las manos generosas de Dios”, concluyó. Es más, dejando de lado sus papeles, confesó que estaba escribiendo la segunda parte de la encíclica Laudato si’, para actualizarla con alguno de los problema actuales.