Con un minuto de silencio por los jóvenes secuestrados y asesinados en Lagos de Moreno, Jalisco, se inició un diálogo entre jóvenes y policías en las instalaciones de la Fundación Justicia y Amor IAP, en la Ciudad de México, este 19 y 20 de agosto, en el marco de los Foros Justicia y Seguridad que se vienen realizado a lo largo del país y que encabeza la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Compañía de Jesús en México y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México.
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De acuerdo con información proporcionada a Vida Nueva por el sacerdote Jorge González, asesor en lo Social de la Compañía de Jesús en México, el foro se convirtió en un espacio para profundizar en torno a la problemática de inseguridad que se vive en el país, “intercambiar buenas prácticas, expresar las preocupaciones y asumir el gran reto de fortalecer las instituciones de seguridad y justicia”.
Participaron alrededor de 60 jóvenes de la ciudad de Monterrey (Nuevo León), así como de diferentes municipios del país, como Guachochi (Chihuahua), Aguascalientes (Aguascalientes), Cherán y Tancítaro (Michoacán), Acolman, Nezahualcóyotl, Cuautitlán Izcalli y Ecatepec (Edomex), Huatusco (Veracruz), León (Guanajuato) y Tlahuelilpan (Hidalgo) y la Ciudad de México.
También dieron sus puntos de vista policías integrantes de la estrategia ‘Alto al fuego’ de la Ciudad de México; y de Tancítaro, Nezahualcóyotl, así como de la policía de Investigación de la Fiscalía y del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México.
“Ahí escucharon mutuamente sus buenas prácticas y reflexionaron juntos para avanzar en la seguridad y la justicia“, apuntó el padre González.
Estado débil que no asume seriamente tareas de seguridad
En ese contexto, el doctor Guillermo Valdés, especialista en temas de seguridad, explicó a los jóvenes que en México se ha desatado la violencia por tener un Estado débil que no ha asumido las tareas de seguridad con la seriedad que se necesita, además de la falta de cultura de legalidad en la ciudadanía, “lo cual abre paso a la ley del más fuerte. Todo esto lleva a una grave situación de impunidad”.
A su vez, los jóvenes compartieron cuatro buenas prácticas en seguridad, justicia y tejido social: ‘Armonía, Juventud y Comunidad A.C.’ habló de cómo han logrado transformar su colonia a partir de una Escuela de Música en la colonia Vicente Guerrero de Oaxaca.
“Se necesita que la gente crea en la gente y tomar en cuenta a todos“, dijo la persona que presentó la experiencia, quien además señaló que se han reducido los índices delictivos con la participación y organización comunitaria.
Otro joven perteneciente al proyecto ‘Comunidades Seguras’ de la Universidad Lasalle, Pachuca, relató el sistema al interior de la universidad que atiende faltas administrativas y daños que se cometen; enfatizó que la clave está en la formación, el diálogo y la resolución de conflictos, lo que ha llevado a reducir los índices de expulsión.
Procesos de reconstrucción del tejido social
Entre los expositores estuvo una joven que dio su testimonio acerca del desarrollo brindado por el Centro Comunitario del Ajusco Medio de la Fundación Justicia y Amor IAP. “Cuando tenemos un obstáculo necesitamos pensar en la tarea y no centrarnos en el problema, así podemos salir adelante… Para evitar la reincidencia es necesario tener redes de apoyo”.
Otra joven de ‘Telar A.C.’ se refirió a los procesos de reconstrucción del tejido social que se vienen realizando en la zona metropolitana de Monterrey. Su principal herramienta -dijo- son los círculos restaurativos, los cuales han llevado a parroquias, universidades, colonias, etc. donde se crean espacios seguros para compartir su vida.
“Para entrar a territorios inseguros es clave buscar a actores clave de la comunidad“, dijo ante las preguntas de cómo hacer para trabajar en lugares peligrosos.
De parte de las policías, compartió Fernanda Dorantes, coordinadora operativa del programa ‘Alto al fuego’, donde tienen procesos comunitarios, inteligencia policial, mesas interinstitucionales y las mentorías de manera focalizada. “Con estos componentes se atienden causas de la delincuencia y se han reducido los índices delictivos”.
Por su parte, Vicente Ramírez, director de la Policía de Nezahualcóyotl, explicó cómo se ha logrado la seguridad en este municipio en una colaboración ciudadanía-policías.
Las redes vecinales de seguridad -dijo- buscan aislar las células delictivas de la comunidad.
Rumbo al Diálogo Nacional por la Paz
En tanto, Isidro Sierra, coordinador operativo de la policía de Tancítaro, explicó cómo en un primer momento se apostó a la policía militarizada para atender la situación de inseguridad y se dieron cuenta de la importancia de tener formación en proximidad social para trabajar de manera coordinada. “La clave en Tancítaro ha sido la inclusión de todos los sectores en tareas de seguridad”.
El diálogo entre jóvenes y policías fue coordinado por Franz Vanderschueren, de la Universidad Alberto Hurtado; los jóvenes expresaron su sentir hacia la policía: miedo, desconfianza, abusos y discriminación.
Mostraron la necesidad de tener empatía con los jóvenes, sumarlos a las tareas de seguridad y comprender los contextos.
Los policías detallaron las diferentes funciones de prevención, investigación y reacción; reconocieron que muchas veces su enfoque es más punitivo y faltan habilidades de proximidad. Identificaron que los espacios de encuentro son la calle, el deporte, las redes vecinales o foros, como el que aquí se realiza.
De acuerdo con el padre Jorge González, este fue el foro número 23 de los realizados en el país. Las reflexiones de los foros son tomadas en cuenta para dar contenido a la Agenda Nacional de Paz que será discutida en el Diálogo Nacional por la Paz que se llevará a cabo en Puebla del 21 al 23 de septiembre.