Gabón, en el África central, vive uno de sus momentos de mayor inestabilidad política tras un golpe de estado en el que los militares han tomado el poder después de arrestar al presidente del país Ali Bongo Ondimba. Este, según recoge la Agencia Fides de fuentes de la Iglesia local, “es un momento crucial en la historia de Gabón. Hay que ver cómo evolucionarán los acontecimientos en los próximos días y, sobre todo, qué pretenden hacer los golpistas”.
“Ahora que los golpistas han invalidado las elecciones que recordamos se referían a la renovación de la Presidencia de la República, de la Cámara y del Senado y de los órganos provinciales, se ha creado un vacío de poder democrático. Veremos si se llena y cómo”, señalan dichas fuentes. Según relatan, “la población salió a las calles para saludar el fin del largo “reinado” de la familia Bongo, en el poder durante 56 años. Ha habido escenas de júbilo en las calles mientras nadie hasta ahora ha protestado contra el golpe, hasta el punto que algunos se preguntan dónde están los electores que en un 64% habría votado por el presidente saliente”, dicen.
“Los militares han ampliado el toque de queda ya impuesto por el gobierno de Bongo. Antes empezaba a las 21, ahora a las 18 y siempre termina a las 6 de la mañana. Las fronteras están cerradas mientras se restablecen las comunicaciones telefónicas y ior Internet. Los periódicos no han salido y las televisiones retransmiten los comunicados de la junta militar”, aseguran a la agencia eclesial. Este golpe, explican, se produce cuando “los militares declararon nulas las elecciones alegando que estaban amañadas. Una acusación que había sido lanzada por el líder de la oposición Albert Ondo Ossa, incluso antes del golpe, según la cual habría ganado con el 70% de los votos. Por el momento, sin embargo, la oposición mantiene un perfil bajo respecto a los golpistas”. Y es curioso porque la oposición “en realidad está formada en gran medida por personas vinculadas a la familia Bongo”. Mientras tanto, la junta militar denominada Comité pour la transition et la restauration des institutions (CTRI), ha designado “Presidente de la transición” al general Brice Oligui Nguema, comandante de la Guardia Republicana, la unidad de élite que debía salvaguardar la vida y el poder del presidente Bongo. Nguema también proviene del círculo de la familia presidencial, incluso de su padre, Omar Bongo Ondimba, de quien había sido ayudante de campo.