Los obispos peruanos se suman al coro de voces de diversos puntos del continente que rechazan el hostigamiento de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra los jesuitas en este país.
Miguel Cabrejos, presidente del episcopado peruano, ha suscrito una carta en apoyo a los religiosos que “en esta hora de prueba y dolor” viven, por tanto, hacen llegar solidaridad, cercanía y fraterna oración.
“Ciertamente, a lo largo de la historia cristiana, la cruz ha sido y seguirá siendo la huella que marque la fidelidad del discípulo a su Maestro, que redimió al mundo desde una Cruz”, apuntó.
Fieles a la verdad
Recordó que en “la dolorosa experiencia del pueblo de Nicaragua, muchas instituciones y organizaciones han sido hostigadas por el régimen que se vislumbra cada día más autoritario”.
“Cuando el poder es ciego, acaba siendo violento y asesino. Enmudece voces, corta vidas y anula la libertad de pensar y expresarse con la dignidad de los hijos de Dios”, lamentó.
Cabrejos considera que las acciones ejercidas contra los jesuitas son “una represalia que nace del miedo de quienes prefieren el terror a la fraternidad y la opresión a la libertad”.
Toda vez que destaca “la continuidad de la presencia de la Comunidad Jesuita en el trabajo pastoral, aunque ahora limitado, que certifica su amor y cercanía a la población que sufre la insania aplastante de sus derechos y el maltrato de su dignidad, por ser fieles a la fe, a la verdad y a la vida”.
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