Los obispos de la Conferencia del Episcopado Dominicano, encabezados por su presidente, el obispo de diócesis de La Vega, Héctor Rafael Rodríguez, hicieron suyos “los agravios que sufre” la Iglesia católica en Nicaragua, “perseguida y violentada”; y externaron su solidaridad con el pueblo nicaragüense.
En un comunicado, lamentaron “la condena injusta a monseñor Rolando José Álvarez Lagos, a los sacerdotes, agentes de pastoral y laicos prisioneros, la situación de las diócesis de Matagalpa y de León, privadas improcedentemente de sus pastores”, y recordaron que en un momento de su historia les tocó pasar por hechos similares “al final de una férrea dictadura”.
Expresaron su indignación ante “las amenazas y expulsiones de congregaciones religiosas, así como por la confiscación de universidades católicas, la anulación de la nacionalidad a los que se oponen al sistema establecido, el impedimento de expresar la fe en las calles, la persecución a las comunidades eclesiales y grupos sociales, de igual manera, la pretensión de silenciar el liderazgo eclesial y nacional”.
Cercanía espiritual
El Episcopado dominicano hizo pública su “cercanía espiritual” tanto con los obispos nicaragüenses como con el mismo pueblo de la nación centroamericana, así como su “solidaridad en el sufrimiento, y la promesa de nuestras plegarias al Dios de la vida, al Príncipe de la Paz y al Señor de los Señores, para que les regale la perseverancia, la libertad, la serenidad y la confianza en Aquél que nos asegura su victoria a pesar de las dificultades”.
Esta es la segunda ocasión en que los obispos dominicanos externan su preocupación por la situación que vive la Iglesia católica de Nicaragua.
Fue en agosto de 2022 cuando enviaron una carta de solidaridad a la Conferencia Episcopal de Nicaragua, uniéndose a la Iglesia universal que repudia los actos de persecución contra la fe y los derechos humanos.
