“Entre la tecnología y la teología sólo hay dos letras de diferencia”. Son palabras de Paolo Benanti, un fraile franciscano que, a día de hoy, es una de las voces clave en Europa en cuestiones de ética vinculada a la Inteligencia Artificial.
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Es de hecho, este experto en tecno-ética y neuroética, quien asesora al papa Francisco en temas de Inteligencia Artificial y ética tecnológica, y quien le acompañó, el pasado mes de junio, en la reunión que mantuvo el Pontífice con Darío Gil, vicepresidente Global de IBM y Brad Smith, vicepresidente de Microsoft.
En el evento ‘Construyendo el futuro de la Inteligencia Artificial’, celebrado por la Universidad Iberoamericana, el diario Expansión entrevistó a Benanti para reflexionar sobre cómo se puede construir una IA más ética y justa.
¿Más ética o mejores resultados?
“La IA es una tecnología muy poderosa que puede sustituir la toma de decisiones humanas”, ha reconocido, “y siempre que tocas el tema de la conciencia, la libertad, la responsabilidad, estás tocando el fondo de los seres humanos, que es la esencia de la teología”.
“Por ejemplo”, continúa, “si una máquina ya puede decidir por nosotros, entonces ¿debería decidir como lo haría un buen ser humano o debería tomar la mejor solución en cuanto a optimización de resultados?. Estas son las preguntas que nos hacemos los teólogos”.