La teóloga ha participado en el seminario ‘Preparémonos para la Asamblea en diálogo con las mujeres del Sínodo’
“Una comunión en la que no estemos todos en las mismas condiciones, será otra cosa, pero no lo que pretendemos en la Iglesia. El bautismo nos iguala a todos y nos convierte en sujetos de derechos y de deberes en las mismas condiciones a todos”. Así lo ha afirmado hoy la teóloga Cristina Inogés, miembro de la Asamblea Sinodal, durante su intervención en el seminario ‘Preparémonos para la Asamblea en diálogo con las mujeres del Sínodo’, organizado por el Observatorio Mundial de Mujeres (WWO) de la Unión Mundial de Organizaciones femenínas Católicas (UMOFC) como parte de su preparación del Sínodo de la Sinodalidad.
Junto a ella, han participado Angelika Ritter-Grepl, miembro del Sínodo Continental; Marcela Mazzini, corresponsable del Sínodo Nacional y Continental; y Ester Maria Lucas, testigo del proceso sinodal en la Asamblea, quien ha señalado que “hace falta para que la participación de la mujer en la Iglesia sea real, porque como dice Pablo: todos los bautizados estáis revestidos de Cristo”.
“Hay que tomar conciencia en el vocabulario que utilizamos al hablar”, ha continuado Inogés. “Cuando hablamos de la comunión solemos hacerlo a partir de los pastores y el pueblo”, y eso es algo que “tenemos que romper absolutamente, porque no puede haber comunión a partir de dos realidades disociadas. Tenemos que romper esa imagen de los pastores por un lado y el pueblo por el otro”.
Asimismo, ha señalado que “en la misma creación Dios introduce el principio de diferencia, y eso es algo que enriquece a partir del diálogo y el entendimiento”. Además, “la comunión que queremos hacer realidad en la Iglesia debemos llevarla también a la sociedad civil con una común-unión”.
También ha participado en la sesión de este jueves Xiskya Valladares, religiosa de la Pureza de María y corresponsable del Sínodo Digital y miembro de la Asamblea Sinodal por nombramiento pontificio. “Hay más misioneros digitales hombres que mujeres”, ha constatado, subrayando que esto muchas veces se debe a que “las estructuras de vida comunitaria de las mujeres son mucho más rígidas que las de los hombres”.
Por otro lado, Valladares ha señalado que “habitualmente se ha presentado a la mujer siempre con unos prejuicios de vanidad, es decir, que si sale en una foto o un vídeo es porque quiere lucirse”. Sin embargo, “esto son prejuicios”. Además, “los horarios y responsabilidades de laicas y religiosas dificultan que tengan tiempo para, por ejemplo, editar un vídeo largo”, y, cuando lo hacen, “suelen centrarse en bailes, cantos, trabajos y oraciones”, lo cual puede deberse a que “la falta de formación teológica en las mujeres, lo cual les daría seguridad para defenderse de comentarios”.
En cuanto a la evangelización digital, la religiosa ha denunciado que “sigue habiendo el prejuicio de que es un pasatiempo, que no merece que se le dé el mismo tiempo que a la pastoral offline”.
Valladares ha finalizado su intervención señalando que, si “la mayoría de nuestras seguirosa son mujeres, ¿qué imagen les estamos dando? Y, a su vez, se ha preguntado “¿qué hay detrás de las estructuras rígidas femeninas y qué podemos hacer para que la pastoral tenga el mismo valor que la que no lo es?”.