“Seúl será la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en 2027, en cuya preparación espero que os dediquéis con celo a la difusión de la Palabra de Dios”, ha dicho el Papa a un grupo de peregrinos coreanos
El papa Francisco ha recibido en audiencia este sábado a un grupo de peregrinos procedentes de Corea, lugar donde, como ha recordado, se celebrará la próxima JMJ. “Como sabéis, he anunciado que Seúl será la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en 2027, en cuya preparación espero que os dediquéis con celo a la difusión de la Palabra de Dios”, ha dicho el Papa.
“En particular”, ha continuado, “quisiera confiar jóvenes a la Iglesia coreana”, ya que “a pesar de vuestra maravillosa historia de fe y de la gran labor pastoral que lleváis a cabo con entusiasmo, muchos jóvenes, también entre vosotros, se dejan seducir por los falsos mitos de la eficiencia y el consumismo, y fascinados por la ilusión del hedonismo”.
Sin embargo, Francisco ha subrayado que “el corazón de los jóvenes busca otra cosa, está hecho para horizontes mucho más amplios: cuidarlos, buscarlos, acercarse a ellos, escucharlos, anunciarles la belleza del Evangelio para que, interiormente libres, se hagan testigos gozosos de la verdad y de la fraternidad”.
“En agosto de 2014”, ha recordado el Papa, “tuve la alegría de visitar vuestro país para encontrarme con los jóvenes participantes en la VI Jornada Asiática de la Juventud”. En aquella ocasión, Francisco fue al Santuario de Solmoe, cerca de la casa donde nació y pasó su infancia San Andrés Kim. “Su figura nos invita a descubrir la vocación confiada a la Iglesia coreana, a todos vosotros: estáis llamados a una fe joven, a una fe ardiente que, animada por el amor de Dios y del prójimo, se convierte en don”, ha subrayado.
Asimismo, Francisco ha apuntado que este santo “tenía un gran ardor por difundir el Evangelio”, ya que “se dedicó al anuncio de Jesús con nobleza de alma, sin retroceder ante los peligros y a pesar de muchos sufrimientos: basta pensar que su abuelo y su padre también fueron martirizados y que su madre se vio obligada a vivir como mendiga”.
“Vuestra Iglesia”, ha apuntado, “que surge de los laicos y es fecundada por la sangre de los mártires, se regenera extrayendo de sus raíces el generoso impulso evangélico de los testigos y la valorización del papel y de los carismas de los laicos”. Desde este punto de vista, como ha aseverado el Papa, “es importante ampliar el espacio de colaboración pastoral, para llevar adelante juntos el anuncio del Evangelio; sacerdotes, religiosos y religiosas, y todos los laicos: juntos, sin cierres”.