El Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede ha nombrado rector de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) al hasta ahora decano de la Facultad de Filosofía, Santiago García-Jalón de la Lama. Profesor de la Facultad de Filosofía y catedrático de Filología Hebrea de 67 años, el sacerdote toma el relevo tras ocho años de mandato de Mirian Cortés, la primera mujer rectora del centro, que cuenta con 4.500 alumnos y cerca de 280 docentes.
PREGUNTA.- ¿Cómo ha vivido el ‘casting’ de rector que ha llevado meses y murmuraciones varias?
RESPUESTA.- Cuando comenzó a escucharse mi nombre como un rumor, yo lo escuchaba con desconfianza. Por la experiencia, uno sabe que hasta que un nombramiento de cualquier tipo no se resuelve de verdad, pueden pasar muchas cosas. No me inquietó en ningún momento. Una vez que se dio el nombramiento efectivo, estas últimas semanas sí lo he vivido con un poco de nerviosismo por la responsabilidad y con el deseo de escuchar a todo aquel que trabaja en la universidad, sean profesores o cualquier tipo de trabajador que tenga experiencia, para poder mejorar.
P.- Se habla de un cambio tranquilo, en tanto que su predecesora pasa a ser la secretaria general y, por tanto, pieza clave en su equipo.
R.- Mi rectorado es de continuidad, porque así tiene que ser en una institución universitaria. Esto no es ni un proyecto personalista ni una república bananera en la que llega alguien para hacer todo tipo de cambios. Por otra parte, claro que tendrá sesgos y estilos propios porque Mirian y yo somos distintos en nuestra forma de ser.
P.- ¿Cuál es la mayor asignatura pendiente en la UPSA?
R.- La identidad de la universidad, no tanto porque sea urgente, sino porque es de verdadera importancia y hay que acometerla ya. Otras tareas, igualmente relevantes, ya están en marcha como consolidar la calidad, cumplir con las exigencias de la ley…
P.- En los últimos años se han multiplicado las universidades, especialmente virtuales. ¿Esto daña la calidad de la enseñanza? ¿Convierte al estudiante en cliente y a los centros en un mercado de títulos?
R.- Ciertamente es un riesgo y las últimas leyes del Gobierno van en la dirección de atajarlo exigiéndonos a las universidades determinados parámetros de calidad en investigación, ratio docentes… La proliferación de universidades facilita que todo el mundo estudie, pero abre las puertas a que los estudios se depauperen.