La hermana Mary T. Barron, superiora general de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles, es la nueva presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales, la plataforma global que aglutina a la vida religiosa femenina de todo el planeta, esto es, a 1903 congregaciones católicas.
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Barron asume esta responsabilidad, tal y como relata la UISG en un comunicado, fruto del relevo que se ha producido en el liderazgo de varias congregaciones en estos meses al celebrarse sus capítulos generales. Es el motivo que ha propiciado la salida de la presidencia de Nadia Coppa, que también ha dejado su cargo al frente de las adoratrices de la Sangre de Cristo. Y es que de acuerdo con los Estatutos de la UISG, la presidenta de la UISG debe ser superiora general de una congregación miembro.
Momento especial
De esta manera, Barron, hasta ahora vicepresidenta, asumirá la presidencia de la entidad hasta la Asamblea de la UISG que se celebrará en mayo de 2025. Le acompañará como vicepresidenta la hermana Graciela Francovig, superiora general de las Hijas de Jesús.
“Es un gran honor que me hayan pedido que sirva a la UISG como presidenta en este momento tan especial”, comparte la nueva presidenta de la organización que, entre otros destinos y servicios dentro de su congregación, ha sido misionera en Nigeria y Tanzania, donde ha colaborado con proyectos vinculados al empleo juvenil, el empoderamiento de las mujeres, la lucha contra el SIDA… Las Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles son un instituto ‘ad gentes’ fundado en 1876 por el padre Agustín Planque , primer Superior general de la Sociedad de las Misiones Africanas. Actualmente son 620 Hermanas de 19 nacionalidades.
Hermandad interconectada
Para Barron, “como vida consagrada femenina, estamos creciendo en nuestra conciencia de la necesidad de esta hermandad global interconectada que vive una profunda solidaridad y comunión, colaborando y promoviendo la misión de Dios en el mundo, especialmente entre aquellas personas que suelen ser las más olvidadas por la sociedad”.
Con la mirada puesta en el inminente Sínodo de la Sinodalidad, la religiosa comparte que “la llamada a la sinodalidad es especialmente fuerte e importante para la vida consagrada en este momento”. En ese sentido y dado el relevo institucional, será ella quien represente a la UISG en la asamblea vaticana de octubre. A esta cita, llega con el deseo de “mantener el impulso y desempeñar nuestra misión, continuando el camino a todos los niveles, abriéndonos a esta llamada radical del Espíritu, a una renovación de nuestra comprensión de lo que es ser pueblo de Dios, la Iglesia de nuestros días, colaborando a hacer realidad el sueño de Dios para nuestro mundo”.
Desde la Unión Internacional de Superioras Generales, muestran su agradecimiento tanto a la presidenta saliente “por su compromiso y dedicación”, como a las dos nuevas responsables de la organización por “su disposición para asumir estos roles al servicio de la vida religiosa en todo el mundo”.