El arzobispo de Viena destaca en una entrevista con los medios vaticanos que en la Asamblea “se vive en modo evangélico la comunión eclesial”
El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, ha defendido que “la sinodalidad es el modus operandi de la comunión eclesial, la participación también en cuestiones y decisiones de gobierno, en los aspectos de la vida de la Iglesia” en una entrevista para los medios vaticanos. Para el purpurado “el Sínodo sobre la sinodalidad es un sínodo sobre cómo se vive en modo evangélico la comunión eclesial, el caminar juntos de todos los miembros del pueblo de Dios”.
“El papa Francisco nos ha puesto en un camino bastante único, el de la escucha y el discernimiento. Son cosas que siempre hay que hacer, son cosas elementales para la vida de la Iglesia, pero el Papa ha puesto un acento mucho más explícito en la cuestión del discernimiento”, destaca el cardenal que recuerda que “el sínodo es un intento de profundizar, de aprender, de experimentar este camino de discernimiento”.
Algo que defiende desde la experiencia de realizar en Viena una gran asamblea con 1.500 delegados de parroquias, instituciones y congregaciones religiosas en sintonía con las actitudes de los Hechos de los Apóstoles. “Lo que intentamos hacer en la diócesis ciertamente profundizado la comunión entre nosotros, ha fomentado las iniciativas pastorales”, destacó. “El de la sinodalidad es un sínodo sobre cómo se vive de manera evangélica, de manera que corresponda a la vida del evangelio, a la comunión eclesial, al caminar juntos del pueblo de Dios, de todos los miembros del pueblo de Dios”, recalca. “Tampoco hay que olvidar que el caminar juntos de la sinodalidad no sólo tiene lugar en la contemporaneidad, sino también en la historia. Por eso, sinodalidad significa también recordar el camino de quienes nos han precedido en la fe”, añadió. “La sinodalidad, la vida en la Iglesia, es siempre una búsqueda de la unanimidad, no en el sentido parlamentario de que todos deben votar de la misma manera –como ocurre en las dictaduras o en el comunismo–, sino como una búsqueda de la unidad”, señaló.
Además, añadió, “es importante escuchar también la voz de los que no están ‘dentro’, de los que se han alejado, porque este eco nos permite discernir mejor. Y también escuchar la voz de los fieles”. Para Schönborn “la lección de mi madre fue para mí la escucha del pueblo de Dios, de la fe de la gente sencilla. Por eso es tan importante la insistencia del papa Francisco en la religiosidad popular, en la fe del pueblo”.
“En los sínodos de los últimos 50 años siempre ha habido hombres y mujeres laicos que participaban como expertos, como auditores y auditoras. Ahora, por primera vez, un buen número de laicos y laicas son miembros del sínodo a título pleno. Creo que no cambia fundamentalmente la fisonomía del sínodo, porque ciertamente es un sínodo de obispos, la mayoría siguen siendo obispos, porque la tradición sinodal es ante todo la de la reunión de los obispos de la región, de la nación, etc., pero esta participación de los fieles laicos es ciertamente importante para mejorar la escucha”, subrayó.