El Vaticano se ha hecho presente en la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas que, como cada mes de septiembre, se ha reunido en Nueva York. De esta manera, el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales ha participado en el debate ‘Defendiendo los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas a través del multilateralismo eficaz: mantenimiento de la paz y la seguridad de Ucrania’.
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“Ante la tragedia actual surge una pregunta espontánea: ¿contra quién se libra esta guerra? Está ante los ojos de todos que quienes pagan el precio más alto son los civiles, la gente sencilla y, sobre todo, los niños, los jóvenes y los ancianos”, ha dicho el arzobispo.
“La guerra es un gran mal, y hoy podemos ver que se expande cada vez más, más allá de las fronteras ucranianas, cubriendo con su espesa sombra no sólo a Europa, sino también a otros continentes y, sobre todo, infiltrándose en los corazones humanos, convirtiéndolos en contenedores de una ‘lógica de guerra'”, ha continuado, pero, en realidad, “como recuerda el Papa Francisco, estamos asistiendo a la Tercera Guerra Mundial, que se está luchando poco a poco”.
De esta manera, Gallagher ha señalado directamente a Rusia, subrayando que “es innegable” que su ataque a Ucrania “ha puesto en peligro todo el orden global que surgió después de la Segunda Guerra Mundial”. Además, ha recordado que “el mal es incapaz de generar el bien. La agresión sólo puede generar nueva agresión. Si no se pone fin a esta guerra y no se busca la paz en todo momento, el mundo entero corre el riesgo de hundirse en crisis aún más profundas”.
Por ello, ha aseverado que “la comunidad internacional no puede rendirse y dejar pasar esta cuestión en silencio”. “Para tener un futuro pacífico y seguro, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, y especialmente los de este Consejo de Seguridad, están llamados a unir esfuerzos en la búsqueda de una paz justa y duradera para Ucrania, como elemento importante de la la paz global que el mundo anhela”.
Futuras pandemias
Por otro lado, Gallagher ha participado también en la Reunión de Alto Nivel sobre Prevención, Preparación y Respuesta a Pandemias, en la que ha expresado que “Más allá de una ‘solución rápida’, es necesario garantizar que se pueda dar una respuesta equitativa en futuras pandemias. Teniendo en cuenta que a menudo se necesita más tiempo para lograr soluciones duraderas, no tenemos tiempo que perder”.
“Todas las respuestas confiables a las emergencias sanitarias deben respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluida la libertad de opinión y expresión, la libertad de conciencia y la libertad de religión o creencias”, ha continuado Gallagher. “Deben incluir mecanismos de solidaridad destinados a ayudar a los países a proporcionar medicamentos y atención sanitaria adecuada a sus poblaciones, respetando al mismo tiempo su sensibilidad y soberanía culturales”, ha añadido.
Además, el arzobispo también ha señalado que es “fundamental compartir información y conocimientos científicos a nivel internacional”. En este sentido, “vale repetir que organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud tienen un papel importante que desempeñar para fomentar y facilitar la coordinación y la cooperación, pero que esto también requiere construir constantemente confianza con y entre los países”.