“Con dolor, indignación y vergüenza por la falta de conocimiento y compromiso con los principios de la República Argentina nos hemos dirigido al Conicet”. Así se ha expresado el Equipo de No a la Trata de la Comisión Nacional de Justicia y Paz ante la firma de un convenio de asistencia entre Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Red de Trabajadoras Sexuales de América Latina (RedTraSex).
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Los miembros del Equipo de No a la Trata en su misiva exponen las palabras del papa Francisco, en el prólogo del libro ‘Mujeres crucificadas. La vergüenza de la trata desde la calle’, del autor Aldo Buonaiuto: “… Cualquier forma de prostitución es una reducción a la esclavitud, un acto criminal, un vicio repugnante que confunde hacer el amor con desahogar los propios instintos… Es una herida a la conciencia colectiva, una desviación del imaginario corriente… Es una enfermedad de la humanidad, una forma equivocada de pensar de la sociedad …”.
Compromiso y pedido
El organismo, que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, incumple con este convenio el marco jurídico abolicionista del Estado argentino, que es de cumplimiento obligatorio para todos los organismos nacionales, de acuerdo con la ley 26.842, el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena (ONU) y el art. 6 de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (ONU), con jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22 CN).
Con ese marco regulatorio y con lo señalado oportunamente por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (Acordada 21/2016), el Estado argentino asumió el compromiso nacional e internacional de tomar todas las medidas apropiadas para suprimir todas las formas de trata de mujeres y explotación de la prostitución de la mujer.
En consecuencia y a partir de la normativa jurídica que rige en todo el territorio, solicitaron al CONICET que deje sin efecto el Convenio firmado.