La Fundación la Merced Migraciones acompañó el pasado año a un total de 742 personas, si se tiene en cuenta sus tres ‘patas’ -personas migrantes y refugiados, personas privadas de libertad e infancia en movilidad y en país de origen-. En concreto, la entidad cifra en 521 los acompañados en el área de migraciones, 81 en pastoral penitenciaria -179% más que en 2021- y 140 menores. Asimismo, formaron en buen trato a la infancia a 279 profesionales.
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Los datos se recogen en la Memoria de Actividades 2022, llamada ‘Memoria de una pequeña gran comunidad’, presentada esta misma mañana en Madrid por la organización en el marco de la fiesta de La Merced, que se celebra este domingo 24 de septiembre, y la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, que este año coincide el mismo día.
De las personas atendidas, las áreas son diversas, desde los 85 asistentes al aula de español, 207 receptores de atención psicológica, 521 beneficiarios de atención socio-jurídica y 476 insertados laboralmente.
Durante la presentación, el director de la Fundación, el mercedario Luis Callejas, ha recordado que son los pioneros en dar respuesta a los menores no acompañados con un primer piso de acogida en Madrid hace más de 30 años. “Como mercedarios queremos seguir apostando por las cautividades del siglo XXI, y, en este sentido, una de las prioridades es la movilidad humana”, ha reconocido el religioso.
“Queremos construir una sociedad diferente donde todos tenemos algo que aportar, siendo capaces de convivir sin esos comentarios que nos alejan a unos de los otros”, ha remarcado. Por eso, “desde nuestro trabajo silencioso queremos ser una voz en la sociedad de quienes han llegado y de los otros muchos que nunca lo consiguieron”, ha añadido.
Agente de cambio y transformación
Por otro lado, la Fundación también busca ser agente de cambio y transformación a través de la formación. En este sentido ha formado a 220 personas en gestión de la diversidad cultural en la empresa, a 800 personas en prevención de discriminación por motivos religiosos, 327 personas en mediación socio-sanitaria, 319 personas de la red para la protección internacional de la infancia en movilidad y 41 personas voluntarias.
La Fundación acogió el pasado año a 154 personas en sus 18 pisos de Madrid, Valladolid y Ciudad Real -Herencia-, en concreto, 35 más que en 2021. “Somos amigos, somos hermanos. En definitiva, una familia. Nuestra casa la formamos todos”, ha recalcado al hablar de este proyecto.
El camino de Ousama Soukhane
La cara tras los datos es Ousama Soukhane, un joven de Marruecos de 20 años que vino a España con 15 años. “Llegué después de cuatro días en el mar en una patera con otras cuarenta personas”, ha comenzado explicando. “Al llegar me he topado con La Merced que quiere ayudarte, que te dan de beber, de comer, que te ayudan a formarte…”, ha agradecido.
“Para mí son mi familia. Estamos juntos todo el día mientras vivimos en los pisos, pero al salir también te ayudan para que no te vayas por el mal camino”, dice Soukhane, quien ya está trabajando y puede ayudar a su familia. “Mi padre trabaja toda la semana por 30 euros y con eso no vive una familia de cuatro personas. Por eso, tuve que trabajar desde los 12 años en un taller de mecánica”, ha aseverado.
Sobre el trayecto en patera, ha hecho hincapié en el miedo a lo desconocido, “donde nadie te espera al llegar, no tienes a tu familia… pero de repente me encontré con La Merced”, ha dicho con una amplía sonrisa. “Ellos me han cogido de la mano y la realidad es que me han cambiado la vida”, ha subrayado.
