Vaticano

El Papa, contra la ley de eutanasia de Macron: “Con la vida no se juega”

  • En el vuelo de regreso de Marsella, Francisco condena cualquier reforma legislativa que ataca la dignidad del ser humano “al principio y al final”
  • El pontífice critica además que “algunos países retrocedan” ahora en su ayuda a Ucrania: “Es una cosa fea”





“Con la vida no se juega, sea la ley de no dejar crecer al niño en el vientre de la madre, la ley de eutanasia en la enfermedad o en la vejez”. Esta es la postura de Francisco sobre la ley de eutanasia que está a punto de aprobarse en Francia y que el presidente Emmanuel Macron retrasó llevarla al Consejo de Ministros hasta después del viaje papal a Marsella que concluyó ayer.



Con esta naturalidad se expresó el pontífice argentino durante el coloquio con los periodistas que mantiene siempre en el vuelo al regresar de sus viajes. En esta ocasión, tres fueron las cuestiones principales de las que habló en el avión: las migraciones, la guerra de Ucrania y esta reforma legislativa de la llamada ‘muerte digna’.

La riqueza humana

“Hoy no hemos hablado de este tema, pero lo hablamos en la otra visita, cuando nos encontramos”, expuso al ser preguntado sobre si abordó esta cuestión ayer durante su reunión privada con el mandatario galo. Francisco recuerda que en su anterior cita con Macron “lo hablé claramente, cuando vino al Vaticano; le dije mi opinión, clara: con la vida no se juega, ni al principio ni al final”.

“Esto no digo que sea una cosa de fe, es una cosa humana, humana; ahí está la fea compasión”, dejó caer Francisco, que alertó asimismo de las “con las colonizaciones ideológicas que arruinan la vida humana y van en contra de la vida humana”. “Hoy se borra la vida de los abuelos, por ejemplo; cuando la riqueza humana entra en el diálogo entre abuelos y nietos… se borra: son viejos, no sirven”, remató.

Pueblo mártir

En el diálogo con los comunicadores también se trató el estado de la ofensiva de paz lanzada por el Vaticano para acabar con la guerra de Ucrania, con el cardenal Matteo Zuppi como enviado especial que ya se ha desplazado a Kiev, Moscú, Washington y Pekín.

“Se siente cierta frustración, porque la Secretaria de Estado está haciendo todo lo posible para ayudar en esto”, desveló el Papa, que apuntó que la negociación para retornar a los niños robados por Rusia “va bien”. En paralelo, insistió en que “el pueblo ucraniano es un pueblo mártir”. Vinculado a la actualidad, Francisco criticó que “algunos países retroceden” en su apoyo a Ucrania. “¡Y eso es una cosa fea!”, comentó, a la vez que condenó el negocio armamentístico en este y otros conflictos.

Política migratoria

Por último, sobre el desafío migratorio, eje de su viaje a Marsella, explicó que, hoy por hoy, “necesitamos mano de obra, Europa la necesita”. “Las migraciones bien realizadas son una riqueza, son una riqueza. Pensemos en esta política migratoria para que sea más fructífera y nos ayude mucho”, aclaró justo después.

En esta misma línea, admitió que la cuestión migratoria todavía es “una ‘patata caliente’ que no se sabe cómo tomarla”, hasta tal punto que se juega con los extranjeros “como si fueran una pelota de ping pong”. Así, criticó las devoluciones en caliente e insistió en que “los inmigrantes deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados”.

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