Una crisis diplomática ha estallado entre República Dominicana y Haití por la construcción de un canal –del lado haitiano – que desvía el cauce del río Masacre en la frontera norte, entre Dajabón y Ouanaminthe.
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Luis Abinader, presidente de República Dominicana, ha cerrado todas las fronteras y en Puerto Príncipe se intentó quemar la embajada dominicana. Ninguno de los gobiernos ha llegado a un consenso.
Los dominicanos consideran la construcción del canal como una violación a su soberanía, mientras que los haitianos argumentan el derecho a la autodeterminación como pueblo, pues el canal beneficiaría a los agricultores de la zona.
Frente a este complejo escenario, los obispos dominicanos llamaron “a la calma y a la cordura” y “como pastores del pueblo católico en la República Dominicana queremos enviar un mensaje de paz y hacer un llamado a la cordura en estos momentos de inquietud nacional”.
No revivir animadversiones
Los prelados consideran que “la construcción de un canal en territorio haitiano para usufructuar las aguas del río Masacre o Dajabón no debe convertirse en motivo de un conflicto internacional entre dos pueblos hermanados por la fe en Jesucristo y la devoción a la Virgen”.
Tampoco debe “usarse para revivir animadversiones del pasado que pudieran suscitar acciones que no tomen en cuenta los derechos fundamentales”, por ello, piden con urgencia abrir formas de diálogo.
“Debemos construir puentes y no divisiones entre los seres humanos”, porque “en un mundo caracterizado por las migraciones masivas y la incertidumbre económica, los argumentos del nacionalismo se activan hasta extremos peligrosos, exhibiendo con frecuencia tonos que se alejan ciertamente de lo que manda la prudencia”.
Señales de diálogo
“Exhortamos a que se escuchen en la mesa del diálogo todas las voces, también las de campesinos y comerciantes populares que buscan el sustento de sus familias en el mercado binacional que tanto beneficia a ambas naciones”, han dicho.
Hay soluciones razonables y pacíficas, por ello han pedido a las autoridades dominicanas “se mantengan dando señales claras de auténtica voluntad de diálogo, y a todos los ciudadanos, un sano compromiso por la vida, que se expresa especialmente en el cuidado de las fuentes hídricas y en el uso equitativo de las aguas”.
Foto: La Nación