Diócesis mexicanas denuncian omisión del gobierno frente a la violencia del crimen organizado en Chiapas

La diócesis mexicana de San Cristóbal de las Casas responsabilizó a los tres niveles de gobierno de hacer caso omiso a las denuncias de la sociedad civil en torno a la violencia generada en la entidad por el crimen organizado, cuyos grupos delincuenciales “están destruyendo los pueblos”.

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Por ello, pidió atender inmediatamente toda denuncia que interponga la sociedad civil, girar y ejecutar las órdenes de aprehensión en contra de los líderes de los grupos delincuenciales; que los centros educativos estén libres de violencia; que se restablezca el orden social sin vulnerar a la sociedad civil, y que se haga valer el Estado de derecho de los pueblos chiapanecos.

A través de un comunicado firmado por el propio obispo Rodrigo Aguilar, y dirigido a los tres niveles de gobierno, a los organismos de derechos humanos, a los medios de comunicación y a los participantes del llamado Diálogo Nacional por la Paz, la iglesia de San Cristóbal de las Casas denunció que en los últimos años el pueblo ha sufrido de asesinatos, secuestros, desapariciones, amenazas, hostigamiento, extracción de los bienes naturales, persecución y despojo de los bienes de las familias.

Chiapas, en una psicosis social

Explicó la diócesis: “Los grupos delincuenciales se han apoderado de nuestro territorio, y nos encontramos en estado de sitio, bajo psicosis social, con narco bloqueos que usan como barrera humana a la sociedad civil, obligándolos a estar y poner en riesgo su vida y la de su familia”.

Recordó que, como Iglesia particular y como sociedad civil, se ha denunciado permanentemente esta crisis social, la represión y la presencia de grupos criminales; “sin embargo -apuntó- no ha habido respuesta para los pueblos, el silencio de las autoridades pone en riesgo la integridad humana y nos demuestra un Estado fallido y rebasado y/o coludido con los grupos delincuenciales”.

Consideró que la omisión del Estado frente a esta realidad mantiene a los pueblos en la incertidumbre total, por lo que hizo un llamado a la comunidad internacional a visibilizar la situación de violencia que se ha perpetrado en el estado de Chiapas y que las autoridades correspondientes respondan brindando seguridad al pueblo.

Bloqueos que ponen en riesgo a las comunidades alejadas

Por su parte, la Diócesis de Tapachula, a cargo del obispo Jaime Calderón, también en el estado de Chiapas, envió un mensaje a la familia diocesana a causa de la violencia que se ha generado en el estado.

Denunció, entre otras cosas, violencia y escasez en ciertos productos, derivado de los bloqueos carreteros que impiden el libre tránsito, trayendo consigo la intranquilidad y el sufrimiento de la población en general. “Somos conscientes de que siempre son los niños que sufren más, por ese desabasto y falta de libertad de tránsito”, señaló.

Cabe recordar que Chiapas es zona fronteriza con Guatemala, y se encuentra en una violenta disputa por el territorio y el tráfico de drogas entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa. En los últimos días, se han compartido videos en redes sociales donde pobladores aplauden al Cártel de Sinaloa por liberar las carreteras que han sido bloqueadas por el grupo delincuencial enemigo.

En este contexto, tras una reunión del clero diocesano, la Iglesia local ha decidido enviar unas palabras de aliento y fortaleza, acompañadas de un compromiso para colaborar principalmente en el libre tránsito, que permita llegar a las comunidades aisladas a causa de los bloqueos que aún permanecen.

“Hermanos de la sierra, hoy más que nunca hemos de sentir la cercanía y la presencia de Dios. Acerquémonos a Él. Pongámonos en su presencia con espíritu necesitado. Sólo Él es capaz de cambiar los corazones para que, más allá de la visión del dinero, podamos vernos, tratarnos, respetarnos y amarnos como verdaderos hermanos”.

Y ante la escasez que están sufriendo estas comunidades aisladas, la Diócesis de Tapachula llamó a los fieles a usar su inteligencia, con tranquilidad, para sobrevivir con lo que esté a su alcance.

“Dios primero, cuando toda esta incertidumbre disminuya, volveremos a retomar el ritmo ordinario de nuestras vidas. Ánimo, hermanos, no están solos. En toda la Diócesis de Tapachula estamos orando por ustedes”, les dijo.