Ni puertas abiertas, ni acoger, ni proteger, ni promover, ni integrar. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha vuelto a poner el foco del fenómeno migratorio en este lado de la frontera y no en las personas que emigran. Y lo hace apenas unos días después de haber recibido al papa Francisco en Marsella, donde participó en los Encuentros del Mediterráneo.
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Tal como recoge EFE, Macron ha propuesto en una entrevista “condicionar” las ayudas al desarrollo a los países del África subsahariana que sean “responsables” con la inmigración. “La mayor parte de inmigrantes viene de África subsahariana, con la que hemos aumentado ayuda al desarrollo. Debemos condicionar mejor nuestra ayuda a países con una política responsable en materia migratoria. ‘Os ayudamos, pero debéis ayudarnos a desmantelar las redes de tráfico (de inmigrantes)”, explicó el presidente francés.
“Cumplimos con nuestra parte”
Asimismo, afirmó que “hay que ayudar a los italianos” a hacer frente a crisis como la de Lampedusa, la cual “representa la realidad del fenómeno migratorio”. Para Macron, se trata de un tema que hay que abordar con una perspectiva “europea”, con un “tratamiento de las demandas unificado y coordinado”. Además, criticó a la ultraderecha por abordar esa cuestión desde un punto de vista nacionalista.
“Europa es el continente que más hace, los franceses cumplimos con nuestra parte, acogiendo cada vez a más niños”, explicó. “Pero debemos de ser rigurosos, tenemos un modelo social generoso, no podemos acoger toda la miseria del mundo”. El mandatario cifró en 100.000 los demandantes de asilo en Francia cada año y habló de una inversión de 2.000 millones de euros anuales en “alojamientos de urgencia”.
