“Una situación muy difícil para nuestra atribulada Iglesia”. Así es como ha definido el obispo de Essen (Alemania), Franz-Josef Overbeck, lo que está atravesando su iglesia diocesana después de que haya salido a la luz las acusaciones de abuso sexual contra el cardenal Franz Hengsbach, fallecido en 1991.
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Overbeck hacía estas declaraciones, recogidas por AP News, pocas horas después de que se retirase, este mismo lunes, la estatua del difunto cardenal de su lugar frente a la catedral de Essen con motivo de los casos de abusos que han surgido y en los que el purpurado estaría implicado.
Abuso a dos mujeres
La semana pasada, la diócesis de Essen afirmaba que había indicios de que Hengsbach podría haber abusado de una joven de 16 años en la década de 1950, cuando este era obispo auxiliar en Paderborn.
Poco después salía a la luz la acusación de otra mujer, quien también asegura haber sufrido los abusos del cardenal en 1967, cuando ya era obispo de Essen. Ante todo esto, Overbeck ha querido “pedir perdón” a su Iglesia diocesana, no solo por lo ocurrido sino por sus “posibles errores” en la gestión de esta situación.