España

Una congregación religiosa descartó al sacerdote acusado de violación y el obispo de Málaga lo rescató

Según ha podido saber Vida Nueva, el Seminario diocesano no reclamó informes a la Orden Trinitaria, práctica habitual con candidatos descartados





El sacerdote de 34 años detenido y enviado a prisión preventiva en Vélez-Málaga por violar a cinco mujeres, a las que sedaba y grababa, pudo haber sido religioso trinitario, pero sus formadores no vieron clara su vocación y pactaron lo que se denomina en la vida religiosa como una “salida dialogada”, según ha podido confirmar Vida Nueva.



En concreto, el joven malagueño hizo el postulantado con la Orden Trinitaria (trinitarios) a los 18 años y luego dos años de estudios de Teología en Granada. Sin embargo, después de este tiempo sus formadores detectaron que no era apto para seguir este camino. Eso sí, nada les hizo presagiar que podría convertirse en un depredador sexual, después de haber trascendido que se le atribuyen cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.

Como han confirmado fuentes de absoluta fiabilidad a esta revista, a los 22 años entró en el Seminario Diocesano de Málaga y seis años más tarde fue ordenado sacerdote por el obispo Jesús Catalá sin que desde la Diócesis se pidiera a los trinitarios ningún informe sobre el porqué de la decisión de que no continuara en la congregación.

El hecho de pedir referencias es una práctica habitual en la Iglesia cuando recaen en diócesis o institutos religiosos personas que ya se han descartado como candidatos en el ámbito diocesano o en la vida religiosa. “Esto evita que se cuelen personas que no son aptas para este tipo de vida”, explica la misma fuente, que también denuncia que no es la primera vez que jóvenes saltan de un seminario a otro sin preocuparse por su trayectoria previa.

La versión de la Diócesis

Pese a todo, la Diócesis niega que el sacerdote fuera descartada por los trinitarios. “Fue él quien manifestó sus dudas vocaciones con respecto a la vida consagrada, por lo que estuvo un año apartado de ellos y realizando un camino vocacional acompañado por un trinitario mientras estudiaba en el Seminario de Málaga con profesores de la Facultad de Teología de Granada”, explican desde el Obispado.

Del mismo modo, señala que “en ningún momento manifestaron al rector el descarte vocacional trinitario”. Además, “hubo informes y acompañamiento por una y otra parte en el ‘traslado’ vocacional”, recalca, aunque Vida Nueva no ha podido acceder a esos documentos que el Obispado admite tener en el expediente del cura.

Entre 2017 y 2019

Tal y como han relatado fuentes policiales, las denunciantes pertenecían a su círculo de amistades y fueron agredidas en varias localidades entre 2017 -año en que fue ordenado- y 2019. Además, no eran conscientes de haber sufrido ningún delito sexual, han informado desde la Comisaría provincial.

La investigación del caso arrancó en agosto, cuando una mujer que se autodefinía como su novia denunció en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer de Melilla que había localizado en el domicilio que compartían un disco duro que contenía fotografías y vídeos donde aparecían varias mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante y a las que les realizaba todo tipo de prácticas sexuales.

Ante la posibilidad de que tales actos sexuales no fueran consentidos, la denunciante realizó una copia del disco y acudió a comisaría para ponerlo en conocimiento de los agentes. A partir de aquí se inició una investigación en colaboración con investigadores del equipo central de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer de Melilla.

Después del análisis de todo el material disponible, la Policía constató que las mujeres se encontraban en estado de inconsciencia durante las prácticas sexuales. A partir de ahí, los agentes identificaron tanto al autor de las agresiones y de las grabaciones como a cinco de las víctimas.

Tras la detención del sacerdote, la Policía continúa analizando todo el material digital requisado y no descarta que se descubran nuevas víctimas tanto antes de 2017 como después de 2019.

La Diócesis condena los hechos

La Diócesis de Málaga “siente profundamente el daño que esta situación implica”. “Conmovidos por el mal infligido, no podemos más que manifestar nuestro dolor como comunidad católica comprometida con el cuidado y el servicio a toda la sociedad, especialmente a los más débiles y necesitados”, decían esta mañana en un comunicado.

La nota da a entender que respaldan la investigación policial sin fisuras y desvelan que sabían del proceso abierto. Literalmente, se explicita que “desde que se conocieron los hechos, este Obispado colabora con los requerimientos de la Justicia y continuará ofreciendo su cooperación para cuantas gestiones sean necesarias con el fin de facilitar la investigación que aclare los hechos”.

En el comunicado, la diócesis también “reitera su condena más profunda y contundente contra cualquier tipo de vejación o abuso a la mujer”. A la par, “pide a Dios que seamos capaces de erradicar cualquier violencia en nuestra sociedad y a los fieles que se unan en la oración por el fin de la lacra del abuso contra la mujer”.

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