En la ceremonia han participado el presidente de la República, Gustavo Petro, sus ministros, autoridades civiles y eclesiales, familiares y amigos del artista
Este 25 de septiembre, luego de estar en cámara ardiente en el salón elíptico del Congreso de Colombia, se realizó la misa de exequias del pintor y escultor Fernando Botero, fallecido el 15 de septiembre, en Italia, a sus 91 años.
El cardenal Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, presidió la celebración en la que han participado el presidente de la República, Gustavo Petro, sus ministros, autoridades civiles y eclesiales, familiares y amigos del artista.
“Fue un hombre de bien, genio de manos laboriosas y corazón generoso; orgullo de Colombia” y “con su obra pictórica y escultórica nos ofrece otra manera de vernos: volúmenes grandes y formas exuberantes, que combinan belleza estética y crítica social”, aseguró Rueda.
Toda vez que elevó plegarias como agradecimiento por “la persona, vida y obra del maestro Fernando Botero Angulo”, quien “en medio de las alegrías y dramas que nos han acompañado como pueblo, supo plasmar en sus obras la belleza de lo cotidiano y el gusto por las alegrías auténticas de la vida”.
“El dolor, el sufrimiento que causan nuestras contradicciones como personas y como pueblo. El valor de nuestras raíces comunes, y sobre todo la esperanza de tiempos mejores”, añadió.
El purpurado ha destacado el legado de Botero, en cuyas obras se encuentra con la belleza, que es Dios, y con la verdad que “traen el gozo al corazón del ser humano; y es un fruto precioso, que resiste el paso del tiempo, que une las generaciones”.
“Si hay belleza es porque Dios es hermoso y nos la da. El contacto con la belleza siempre nos impulsa hacia arriba; la belleza nos hace ir más allá. Ella, la belleza, puede suscitar y sostener la fe. Ella es un camino para ir a Dios”, apuntó.
La eucaristía fue concelebrada por Germán Medina Acosta, obispo auxiliar de Bogotá, los vicarios episcopales, sacerdotes y religiosos. También participaron los obispos de Engativá y Facatativá, Francisco Antonio Nieto Súa y Pedro Manuel Salamanca Mantilla, respectivamente. Los cánticos estuvieron a cargo del Coro Nacional y la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.
Los restos del artista serán trasladados a su natal Medellín. Allí recibirá homenajes póstumos para su posterior cremación y retorno de sus cenizas a Italia, donde residía desde 1983.
Foto: Arquidiócesis de Bogotá