El cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha salido en defensa del obispo Joseph Strickland, de la diócesis de Tyler en el estado norteamericano de Texas. Este prelado es particularmente activo en redes sociales y es de lo que se ha mostrado partidario, por ejemplo, de negar la comunión al presidente Joe Biden o ha impulsado la misa tradicional tridentina –además de ser crítico confeso del propio papa Francisco–. Ahora, algunos rumores apuntan a que se le ha invitado a presentar su renuncia como consecuencia de la visita apostólica ordenada desde el Vaticano el pasado mes de agosto.
“Es terrible lo que se le está haciendo al obispo Strickland, un abuso del cargo contra el derecho divino del episcopado”, señaló Müller en declaraciones a kath.net. El cardenal recordó que “un obispo sólo puede ser destituido por el Papa según los dictados de la justicia si ha sido culpable de algo malo (herejía, cisma, apostasía, un delito o un comportamiento totalmente no sacerdotal), por ejemplo, la pseudo bendición de personas de ambos sexos o de un sexo en relaciones extramatrimoniales que ofende a Dios y defrauda a las personas de su salvación”.
Para el cardenal “la destitución arbitraria como obispo de una diócesis en la que un obispo es nombrado por el propio Cristo como su propio pastor socava la autoridad del Papa, como ocurrió históricamente con el indigno abuso del cargo bajo el papado aviñonés”. Müller insiste en que “según la doctrina católica, el Papa no es en absoluto el Señor de la Iglesia, sino sólo, como representante de Cristo para la Iglesia universal, el primer servidor de su Señor” y se equivoca como Pedro en el evangelio. “El Papa no tiene autoridad de Cristo para acosar e intimidar a los buenos obispos según el ejemplo de Cristo, el Buen Pastor”, que “santifican, enseñan y guían al rebaño de Dios en nombre de Cristo, sólo porque los falsos amigos denuncian a estos buenos obispos a Francisco como enemigos del Papa, mientras que los obispos herejes e inmorales pueden hacer lo que quieran, o que cada día acosan a la Iglesia de Cristo con otra tontería”, sentencia.