Y sí, ‘Apóstol’ es una exposición imprescindible. Por cómo actualiza en la Catedral Nueva de Salamanca el mensaje de Cristo, por cómo integra el arte contemporáneo en el templo gótico, por cómo plantea una relectura contemporánea del Evangelio, por cómo homenajea al apostolado que sostiene hoy a la Iglesia.
- PODCAST: Que ninguna ventana se quede sin abrir
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Y sí, el pintor Ángel Luis Iglesias (Salamanca, 1977) ejerce, él mismo, de apóstol. “No soy quién para considerarme un apóstol, es verdad que desde la diócesis me dicen lo mismo, o sea, eres un apóstol más –afirma–. Lo que he pretendido es transmitir el mensaje de Jesús a través de los retratos, y si eso significa ser apóstol, que así es, pues soy un apóstol, pero no viene dado por mí, sino por la situación”.
La situación, como la refiere él, es una exposición única, incluso más allá de que es la primera vez que el arte más contemporáneo entra con un amplísimo protagonismo –62 obras– en la Catedral Nueva. Única porque el pintor representa a Jesús, los doce apóstoles y sus sucesores, en una investigación que arrancó en 2007 y que, sobre todo en los últimos dos años, ha culminado poniéndole a cada uno de ellos rostros de hoy, elegidos en su mayoría entre personas de su entorno.
“Quería reactualizar la temática del apostolado. Es como si Jesucristo viniera hoy y eligiera a gente actual; así que lo primero era darle un aspecto contemporáneo –manifiesta el pintor–. Era muy fácil caer en la tentación de repetir lo que se ha hecho hasta ahora con el apostolado, o los discípulos en este caso. Era muy fácil coger a gente con rasgos similares a los que pintó, por ejemplo, El Greco y retratarlos como siempre. Y, claro, de contemporáneo ahí solo tendríamos el tiempo: que están hechos en 2022 y 2023. La cosa, pues, era darle ese aire de hoy”.
Este reflejo contemporáneo de Apóstol –“el título se refiere al Venido, que es la figura de Cristo, y todas las personas que estuvieron en su entorno”, especifica Iglesias– tiene un diálogo evidente con la catedral. “Primero, arriba, en los medallones, donde habita un apostolado celestial. Frente a ellos, que podríamos decir que están endiosados, los retratos que he realizado para la exposición son terrenales, gente que vemos a pie de calle. Si tienen gafas, pues las tienen. Lo que pretendía era darle esa cosa terrenal de personajes vivos”.
Un segundo diálogo
Hay, no obstante, otro segundo diálogo con la catedral de la Asunción, mucho más evidente, que es el recorrido por el transepto, los cuatro pilares de la cúpula, los otros doce pilares que sostienen el templo, donde se han colocado los lienzos de Cristo, los evangelistas y los doce apóstoles para remarcar su simbolismo. “Esta exposición se ha planteado para la catedral de Salamanca, para que la parte arquitectónica influya dentro de la obra y así crear ese vínculo”, dice el artista.
El centenar de vidrieras del templo también juega su papel en ‘Apóstol’, abierta hasta el 15 de enero. “Jugamos con la luz de la catedral cuando entra por las vidrieras. La obra en este sentido está viva: no es lo mismo ver la exposición por la mañana, al mediodía, por la tarde, en día nublado…”, señala Iglesias. “Hay otra luz que, en un momento dado del día, emerge del propio lienzo. Le pasa, por ejemplo, al Cristo crucificado. Si lo ves al mediodía, hay una luz que entra y resplandece. Está vivo, ¿no? Eso lo da la catedral”