El 19 de septiembre de 2016, los cardenales Brandmuller, Burke, Caffarra y Meisner escribieron al papa Francisco una ‘dubia’, una carta en la que, ante la “confusión” que según ellos habían generado algunos puntos de la exhortación postsinodal ‘Amoris laetitia’ sobre la familia, le exigían que “clarificara” la doctrina católica.
En su día, los cuatro purpurados (de los que ya han fallecido Caffarra y Meisner) lamentaron que “nunca recibieron una respuesta” por parte de Bergoglio. De ahí que vuelvan a la carga y, a dos días de que eche a andar el Sínodo de la Sinodalidad, a Burke y a Brandmuller se les hayan unido Juan Sandoval, Robert Sarah y Joseph Zen. Así, han sido cinco los cardenales que han mandado esta segunda ‘dubia’, que, según ellos, le fue enviada al Pontífice el 21 de agosto.
Transcurridos 40 días y al no haber recibido aún una respuesta papal a su petición de que les clarifique si en el Sínodo de la Sinodalidad se plantea modificar el Magisterio sobre “la bendición de las parejas homosexuales, la ordenación de mujeres al sacerdocio y la absolución sacramental dada a todos y siempre, sin condiciones”, han debido considerar que el catolicismo debía conocer su acción y, como ya ocurriera con la anterior ‘dubia’ (y con tantos otros movimientos de crítica a Francisco), esta se ha filtrado a través de los medios habituales que no esconden su malestar por el rumbo de este pontificado.
Con todo, según ha podido confirmar Vida Nueva, dicha carta le fue remitida a Francisco mucho antes, hace unos tres meses. Por tanto, no es creíble esa espera ‘cuaresmal’, de tipo espiritual, por la que, transcurridos 40 días de desierto (y silencio), se deba llegar a un ‘Pentecostés’ en el que, según algunos, se alumbre su particular ‘verdad’.
Una explicación puede deberse a que ya en esas fechas de julio le remitieron al Pontífice una primera formulación de estos ‘dubia’, que habrían sido ampliados en un segundo documento con fecha de 21 de agosto. Pero, más allá de estas disquisiciones, todo parece indicar que los cinco cardenales, aliados con los medios que a lo largo de esta década, desde Estados Unidos, Italia y España, conforman esta red mediática de clara oposición a Francisco, han esperado a filtrar la carta en el momento en el que saben que más demoledor puede ser su efecto: entre la celebración del consistorio, este sábado 30 de septiembre, y el inicio del Sínodo, el miércoles 4 de octubre. Con todo el mundo mirando estos días a Roma, el impacto se multiplica.
Como ha podido saber Vida Nueva, a diferencia de lo ocurrido en 2016, esta vez el Papa sí tendría previsto responderles. Su intención, desde el momento en el que recibió la ‘dubia’, dos meses y medio atrás, habría sido la de responderles por privado, pues por ese medio se le interpeló. Ahora, tras esta filtración interesada, ya queda en el aire si la respuesta del sucesor de Pedro será o no conocida por el conjunto del Pueblo de Dios.