Para el obispo de Bilbao, Joseba Segura, “la Doctrina Social de la Iglesia es un producto de la modernidad con una historia relativamente corta y reciente”. Así lo compartió esta tarde en la Universidad Pontificia Comillas, durante la ponencia de apertura de las XX Jornadas de Teología, organizadas por el centro de formación de los jesuitas. El prelado vasco fue el responsable de abrir este foro de reflexión que entre hoy y mañana acoge la universidad, que en esta edición ahonda en la encíclica de Juan XXIII ‘Pacem in Terris’, al cumplirse 60 años de su publicación.
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Segura subrayó ante los presentes “la irreductible pluralidad del pensamiento social católico”, que ha traído consigo no pocos roces en el seno de la Iglesia. “¿Existe realmente una unidad en el pensamiento social católico donde unos y otros tienen convicciones de fe legítimas para votar a uno u otro partido?”, se preguntó el pastor.
Para intentar responderse, el obispos relató que “lo que puede ayudarnos a entender lo que tenemos común es entender el pensamiento social católico es entenderlo como un paraguas: de una u otra forma todos los pensamientos presentes en la Iglesia quieren desarrollar el deseo de la divinidad de crear y sostener las comunidades humanas, enriquecer la vida comunitaria”. “A algunos estos les puede parecer poco, porque para unos la dimensión comunitaria se reduce a la defensa de la familia y otros incluyen la integración de los últimos”, apostilló después, para sentenciar, con una mirada esperanzadora que “podemos llegar a muchos acuerdos con subrayados diferentes”.
Con esta premisa, Segura defendió que “la Doctrina Social Católica ha sido muy consistente, pero eso no significa que haya mantenido los mismos postulados y no haya habido cambios”. A la par, enfatizó que “hay que preservar la autoridad del Papa en esta materia, sea el que sea, aunque sus propuestas puedan ser cuestionadas y cuestionables”.
Pluralismo eclesial
A la hora de desarrollar la Doctrina Social, el obispo recomendó desarrollarla desde “un pluralismo eclesial” que se sustente y sustente la comunión. “La Iglesia está inoculada contra el sectarismo”, valoró, a pesar de los enfrentamientos que se pueden dar entre los propios católicos. Para Segura es que, más allá de la autoridad o del protagonismo de unos y otros, hay un margen amplio de libertad para cada católico y para la comunidad.
Por otro lado, también puso sobre la mesa algunas de las dificultades que hoy tiene el pensamiento social para abrirse paso: “Hay una esquizofrenia entre lo que se valora y se dice de lo bueno que es la Doctrina Social de la Iglesia y esas mismas instituciones tienen poco interés en aterrizarlo”. Así, como ejemplo, Segura compartió la gestión financiera de congregaciones y diócesis que todavía hoy no tienen en cuenta las inversiones éticas en su toma de decisiones. De la misma manera, cuestionó la formación en materia económica que se da en algunos centros católicos, donde el pensamiento social católico sería “solamente un barniz”.
También mostró su preocupación a que la Doctrina Social esté “abierta a interpretaciones contradictorias” por el nivel de abstracción de determinadas cuestiones, así como el riesgo de que los planteamientos que se hagan pierdan “la perspectiva transnacional”. En esta misma línea, llamó a dar un salto en materia teológica: “Tenemos que superar la distinción entre moral personal y social, que para mí está trasnochada”.
Secularización y anticlericalismo
Durante su intervención, el obispo de Bilbao, también reflexionó sobre la creciente secularización y cierto anticlericalismo presente en la sociedad, haciendo hincapié en cómo el clima mediático influye en una conceptualización errada de la Iglesia, como ha sucedido con la crisis de la pederastia, a la que se una parte de verdad para llevar a generalizaciones peligrosas.
Junto a Segura, en la sesión inaugural, intervinieron el rector de la Universidad Pontificia Comillas, Enrique Sanz, y el decano de la facultad de Teología y Derecho Canónico, Francisco Ramírez Fueyo. Durante su alocución, Ramírez Fueyo defendió “la relevancia del pensar teológico para sociedad, la política y la economía”. A la par, al repasar el magisterio papal, des Roncalli a Bergoglio, evidenció que “el magisterio del Papa Francisco ha encontrado en el sector católica serias reservas y rechazos explícitos”.