Marciano Vidal no tiene dudas: “La paz es un don mesiánico, pero a la vez es un compromiso humano”. Es una de las reflexiones que compartió en el transcurso de las XX Jornadas de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, un foro que entre hoy y mañana busca profundizar en la encíclica ‘Pacem in Terris’ de Juan XXIII.
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En un primer balance, el que fue presentado como “el mejor teólogo moral en lengua española”, definió el texto magisterial de Roncalli como “una obra de presentación de utopía, una nueva utopía para los tiempos modernos que no desmerece estar al lado de las propuestas de Tomaso Campanella y de Tomas Moro y las ganará en precisión y en orientaciones que tienen efectividad”.
El pacifismo
“Ya no hay guerras justas”, sentenció Vidal, después de resumir el histórico debate eclesial, sumándose a los postulados de Francisco. “Todas las cosas buenas que dice este Papa, las dice en una nota”, bromeó vinculando el fin de la teoría de la guerra justa a la célebre nota sobre los divorciados en ‘Amoris laetitia’.
“Hay una cuestión -compartió Vidal- que para los moralistas sigue sin resolver: cómo introducir la paz en situaciones de carácter bélico. A esto le llamamos pacifismo”. Así, subrayó que “el pacifismo es una actitud totalmente necesaria para los sujetos humanos, y por supuesto, para los cristianos”.
La defensa armada
“Me adhiero a las posturas que adoptan algunas instituciones en las que afirman que con el pacifismo podríamos solucionar agresiones de carácter bélico, incluida la agresión de Rusia a Ucrania”, expuso el moralista. Pero no se quedó ahí: “Alabo mucho esta postura, pero creo que no puedo colocarla como la solución a los problemas de la defensa armada”.
Aterrizando sus reflexiones a la guerra de Ucrania, lamentó que “la teología ecuménica ha quedado muy tocada”. Además, explicó que “no soy experto en geopolítica pero desde el punto de vista de la moral, después de la guerra de Ucrania habrá consecuencias graves: la gran perdedora geopolítica será la ONU, puesto que se ha perdido esa autoridad internacional que defiende ‘Pacem in Terris’”. “Fue bochornoso recibir al secretario general de Naciones Unidas en Kiev con dos misiles”, remarcó el investigador.
Sobre el futuro global, confió en que “no tengamos un mundo monopolar ni bipolar, desde el punto de vista de la moral, desearíamos un mundo multipolar”. Eso sí, alertó de que “la salvación no viene de la OTAN. No necesitamos un mundo en guerra fría y volcados en el militarismo, sino un mundo basado en valores”.