El obispo de la Diócesis de Tampico, José Armando Álvarez, dijo haber recibido múltiples muestras de solidaridad de sus hermanos obispos mexicanos, pero también de otros países, luego de que el pasado domingo 1 de octubre el techo de la iglesia de la Santa Cruz, en Ciudad Madero, colapsara, provocando la muerte de 11 personas y unos 60 heridos.
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En conferencia de prensa, el obispo aseguró que han sido muchas las muestras de apoyo recibidas tras la tragedia: “En medio de todo este dolor que hemos experimentado, hemos visto la luz de una profunda solidaridad de toda la ciudad: empresarios, comerciantes, hospitales y fieles en general”.
Agradeció a las autoridades de gobierno por asumir los gastos y comprometerse a continuar ayudando a las víctimas, así como a la Conferencia del Episcopado Mexicano, y a innumerables obispos que se han comunicado con él para ofrecer su apoyo.
Y añadió: “actualmente está por iniciar el Sínodo en Roma, y los obispos que están allá me han hecho saber que la eucaristía de hoy, de todos los obispos que se encuentran en Roma, fue por la intención de nuestra parroquia de la Santa Cruz”.
El obispo Álvarez dijo haber estado también en comunicación con la nunciatura en México, a cargo de Joseph Spiteri, por lo que es de suponer que el papa Francisco ya está enterado de la tragedia.
¿Qué provocó que la iglesia colapsara?
Cabe recordar que el colapso del techo y de algunas de las paredes de la iglesia de la Santa Cruz, ocurrió cuando estaba por terminar la celebración de un bautismo comunitario, y había unas 80 personas en el interior. El párroco, Ángel Vargas, también estuvo a punto de quedar atrapado por la losa, pero sobrevivió.
El obispo de Tampico aclaró que la iglesia no contaba con ningún seguro para atender adecuadamente a las víctimas, pero las familias -dijo- están suficientemente atendidas en este momento: “el mismo gobierno del Estado está con las familias y atento a todo lo que se pueda ofrecer”.
Sobre las posibles causas del colapso, dijo que a pesar de haber sido construida hace 50 años, la iglesia estaba en buenas condiciones. Pero agregó: “Platicábamos con el gobernador sobre estos calores tan intensos, y al poner el aire acondicionado quizás en un lugar interior, él hablaba de que había tenido problemas en algunos edificios, de alguna cuestión estructural… creo que por ahí pudiera tener”.
Apuntó que las verificaciones estructurales sólo se hacen cuando las iglesias tienen alguna reparación; es decir, no hay periodos establecidos para ello. “Son iglesias que siempre tienen su mantenimiento, como nuestras casas: impermeabilización, aire acondicionado, etc.”.
Dijo estar preocupado por la Parroquia de Cristo Resucitado, en la colonia 20 de noviembre, que tiene la misma estructura y que fue hecha por el mismo sacerdote. Por el momento se han suspendido las misas en dicho templo.
¿Qué pasará con las víctimas del accidente?
En torno a la posibilidad de una demanda civil por parte de las personas que resultaron afectadas, el obispo Álvarez reconoció que las finanzas de la diócesis no son muy holgadas, por lo que, en un momento dado, se apelaría al apoyo de los fieles:
“Muchas personas se han acercado para decirnos que están para ayudar, para solventar, si es necesario. Pero por el momento las personas están bien atendidas. Las finanzas no darían para eso, pero nosotros jamás dejaríamos desprotegida a ninguna familia“.
Agradeció el interés de todas las personas que le han expresado que no está solo y que están dispuestas a aportar para atender cualquier situación que se pudiera presentar. “Muchos obispos están también a la espera de saber en qué ayudan. Lo primero es atender a las personas y que todo quede muy bien arreglado. Después pensaremos en lo demás”.
En la Diócesis de Tampico hay alrededor de 70 parroquias distribuidas en 19 municipios; además de las capillas, por lo que se calcula que en dicha demarcación eclesial hay poco más de 300 templos.