La Academia de Líderes Católicos evalúa avances en 40 diócesis de América y Europa, donde desarrollan programas formativos
La Academia Latinoamericana de Líderes Católicos celebra un encuentro en Cuenca, al sur de Ecuador, donde han asumido el reto de abanderar acciones ante los problemas actuales de la región como la violencia, la migración, la pobreza, entre otros.
Emilio Inzaurraga, consultor del Dicasterio para los laicos, la familia y la vida, participa con otros líderes católicos nacionales e internacionales. Durante su intervención ha destacado dos aspectos: el seguimiento radical de Jesús como “sus discípulos misioneros” y los aportes que esta instancia eclesial ha hecho al magisterio del papa Francisco.
“Mientras se asumen los desafíos de liderar en una realidad que duele, pero con una esperanza inquebrantable para proponer la belleza del Evangelio y las enseñanzas sociales de la Iglesia como caminos hacia una construcción más digna y fraterna”, ha dicho.
Inzaurraga también integra el comité académico internacional de la Academia, por ello, ha destacado que “tenemos el objetivo de informarnos detalladamente sobre el desarrollo de sus actividades en 40 diócesis de América Latina y el mundo”.
Entre los países donde se encuentran mencionó: Chile, Brasil, Perú, Uruguay, Ecuador, Colombia, Venezuela, República Dominicana, Costa Rica, México, EEUU y España
A tono con Francisco, que en sus documentos pontificios pone en el centro a la persona, los líderes católicos reiteran este compromiso de velar por la dignidad de todo ser humano, contribuir a su desarrollo integral.
Sobre todo revitalizar esa visión del líder como un servidor y esto aplica a todos los espacios públicos como eclesiales: “ser protagonistas del cambio y contribuir a una vida digna para todos”.
Para el líder católico fue un encuentro “muy enriquecedor, propicio para conocerse mejor y alimentar la amistad, mientras se asumen los desafíos de liderar en una realidad que duele, pero con una esperanza inquebrantable para proponer la belleza del Evangelio y las enseñanzas sociales de la Iglesia como caminos hacia una construcción más digna y fraterna”.
Han hecho una radiografía del impacto de las academias establecidas en América y Europa, sopesando el impacto de los diversos contextos sociales y políticos. Al respecto, Inzaurraga señaló que “se puede apreciar a través de la cultura del encuentro y del cuidado”.
“Estas academias se contraponen a la cultura del descarte, los privilegios y la indiferencia. Su objetivo es que la acción transformadora sea notoria en cada lugar donde se establecen, tanto en el crecimiento de los participantes como en el impacto positivo en la vida social de las comunidades”, apuntó.
Por ello, están dispuestos a implementar “proyectos concretos como resultado del trabajo realizado, brindando alternativas nuevas y transformadoras a cada realidad, con el fin de promover su crecimiento, fertilidad y un mayor sentido de cuidado y fraternidad”.