Tras unos días de retiro, finalmente este miércoles, 4 de octubre, comienza la primera de las asamblea del Sínodo de la Sinodalidad, que se extenderá a octubre de 2024. Son las etapas conclusivas de todo un proceso que ha buscado la participación de una parte significativa del Pueblo De Dios a través de diferentes fases en las que se han implicado miles de personas. Ahora llega el turno de los debates y los grupos que deberán buscar cómo desarrollar la dimensión sinodal en la vida de la Iglesia y en medio de los desafíos actuales.
La XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos lleva por título ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión’. Además se ha creado un logotipo oficial para todo el proceso sinodal, realizado por Isabelle de Senilhes, con las siluetas de 15 personas diferentes caminando juntas bajo un árbol que recuerda a una custodia iluminada por la luz y colores del viento del Espíritu Santo.
Los números en esta asamblea se disparan, tanto es así que no se empleará el Aula del Sínodo sino que las plenarias serán en mesas redondas de 12 personas en el Aula Pablo VI. Además, un total 54 mujeres, entre religiosas y laicas, harán historia en octubre al votar por primera vez en un Sínodo de los 364 miembros con derecho a voto. La asamblea cuenta además con dos religiosas en la presidencia. La mexicana Dolores Palencia, de la Congregación de las Hermanas de San José de Lyon, y la japonesa Momoko Nishimura, de la familia de Servidores del Evangelio de la Misericordia de Dios.
Más allá de las mujeres, el Pontífice da muestras con sus elegidos que busca una gran pluralidad en este Sínodo. Si bien invita al cardenal arzobispo de San Diego, Robert McElroy, que ha llegado a ser tachado incluso de “hereje” por sectores eclesiales debido a su decidida defensa de otro modo de ser Iglesia, también llama a participar al cardenal Gerhard Müller, quien desde que ejerce como prefecto emérito de Doctrina de la Fe es un habitual entre los críticos de las líneas guía de este pontificado. Muy crítico también con el Camino Sinodal Alemán, tendrá delante al presidente del Episcopado germano, Georg Bätzing, para poder discutir sobre el ser y hacer de la Iglesia en este momento de la historia.
Si este sínodo ha empezado antes que ninguno por las fases diocesanas, regionales y continentales que se han planteado también el desarrollo romana se han roto los plazos habituales. En octubre de 2022 el Papa quiso garantizar que la sinodalidad no quede como un factor anecdótico de su pontificado para que se convierta en una “dimensión constitutiva de la Iglesia”. Por este motivo, anunció que el Sínodo de la Sinodalidad se celebrará en dos sesiones como sucedió con el sínodo sobre la familia. Finalmente, Francisco estableció “que esta asamblea sinodal tenga lugar en dos sesiones: la primera, del 4 al 29 de octubre de 2023, y la segunda, en octubre de 2024”.
La Secretaría del Sínodo anunció que “se propone aportar su contribución a la salvaguardia de la creación mediante una forma de compensación de las emisiones residuales de CO2 producidas por la próxima XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos”. Esta compensación se hará “mediante el apoyo económico de la Fundación SOS Planeta y la contribución técnica de LifeGate”, con quien se colaboró en 2019.
En concreto “el proyecto elegido para compensar las emisiones, que responde al criterio de ecología integral propuesto por la encíclica Laudato si`, aúna el aspecto ecológico, la atención al territorio y la ayuda concreta a la vida de las poblaciones implicadas”, apuntan. “El proyecto identificado, implementado en Nigeria y Kenia, tiene como objetivo difundir tecnologías eficientes de cocción y purificación del agua entre familias, comunidades e instituciones”, apunta.
El ‘Instrumentum laboris’ aterriza su propuesta de temas en unas fichas de trabajo preparadas para la Asamblea Sinodal. Estas son las 15 preguntas a las que deberán responder las madres y padres sinodales:
1. ¿Cómo alimentan la comunión en una Iglesia sinodal el servicio de la caridad, el compromiso por la justicia y el cuidado de la casa común?
2. ¿Cómo puede una Iglesia sinodal hacer creíble la promesa de que “el amor y la verdad se encontrarán” (Sal 85,11)?
3. ¿Cómo puede crecer una relación dinámica de intercambio de dones entre las Iglesias?
4. ¿Cómo puede una Iglesia sinodal cumplir mejor su misión mediante un compromiso ecuménico renovado?
5. ¿Cómo reconocer y aprovechar la riqueza de las culturas y desarrollar el diálogo con las religiones a la luz del Evangelio?
6. ¿Cómo podemos caminar juntos hacia una conciencia compartida del significado y el contenido de la misión?
7. ¿Qué hacer para que una Iglesia sinodal sea también una Iglesia misionera “totalmente ministerial”?
8. ¿Cómo puede la Iglesia de nuestro tiempo cumplir mejor su misión mediante un mayor reconocimiento y promoción de la dignidad bautismal de las mujeres?
9. ¿Cómo puede valorarse el ministerio ordenado, en su relación con los ministerios bautismales, en una perspectiva misionera?
10. ¿Cómo renovar y promover el ministerio del obispo en una perspectiva sinodal misionera?
11. ¿Cómo renovar el servicio de la autoridad y el ejercicio de la responsabilidad en una Iglesia sinodal misionera?
12. ¿Cómo podemos hacer evolucionar las prácticas de discernimiento y los procesos de toma de decisiones de una manera auténticamente sinodal, realizando el protagonismo del Espíritu?
13. ¿Qué estructuras se pueden desarrollar para consolidar una Iglesia sinodal misionera?
14. ¿Cómo configurar instancias de sinodalidad y colegialidad que impliquen a agrupaciones de Iglesias locales?
15. ¿Cómo reforzar la institución del Sínodo para que sea expresión de la colegialidad episcopal en una Iglesia sinodal?