Alerta en las aulas. Los episodios de violencia verbal y física que denuncian los sindicatos de profesores y que trascienden a los medios de comunicación se corresponde con una percepción de riesgo por parte de los propios docentes.
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Así lo han expresado los 600 maestros españoles de Educación Infantil, Primaria y Secundaria que han participado en el ‘Educobarómetro’, un estudio demoscópico realizado por el recién creado Observatorio de la Escuela en Iberoamérica de la Fundación SM. Uno de cada tres profesores (31%) confiesa que la posibilidad de ser intimidado o insultado verbalmente por los alumnos es su principal fuente de estrés, por encima de tener que preparar sus clases, atender a las familias o mantener la disciplina en el aula.
Más indiferencia
“Hemos notado un cambio muy significativo después del confinamiento y de la pandemia”., admite la directora del Colegio Claret de Madrid, Camino Rodríguez de Sadia. A pie de aula, constata que “hay más agresividad y más indiferencia en los alumnos. Ellos han perdido un tiempo muy importante de su vida que no lo van a recuperar y no saben cómo adaptarse a esta nueva sociedad”. A renglón seguido, la directora aclara que “no tenemos un centro con grandes conflictos, pero la agresividad no tiene porqué ser física ni basada en insultos, pero sí notamos esa agresividad en la forma de transmitir su descontento, su desacato a la autoridad”. Por ello, el Colegio Claret ha situado como prioridad en este curso “el cuidado de la salud mental tanto del alumnado como del profesorado y de las familias”.
Elaborado con motivo del Día Mundial del Profesor, que se celebra mañana 5 de octubre, el informe desvela el preocupante estado de ánimo habitual de los claustros. El 40% de los 600 maestros que han participado en el informe manifiesta vivir su misión con distanciamiento e indiferencia. Solo se muestran ilusionados un 24% y el cansancio se ha disparado hasta el 13% de los profesores, frente al estudio que se llevó a cabo en 1993, que se situaba en un 2%.
Falta de tiempo
Esto se refleja en el hecho de que el 47% se mantiene en una posición neutral ante la posibilidad de abandonar la docencia, lejos del 78% que se mostraba contrario al informe de similares características que se llevó a cabo hace quince años. En esta misma línea, hasta un 44% de los maestros presentan la falta de tiempo como el principal impedimento para su desarrollo personal, junto al coste y la inadecuación de las ofertas de actividades formativas.
Adriana Pérez, coordinadora del informe, confirmó “el agotamiento que muestra el profesorado hoy”. “Esperan hechos y recursos que apoyen de manera más efectiva de su trabajo”, planteó la investigadora, que aun así destacó que siete de cada diez profesores están satisfechos con sus condiciones laborales.
Precisamente, entre las principales demandas de los profesores que recoge el estudio, se encuentra una mejor consideración social de nuestra labor docente así como la formación permanente y actualización de conocimientos. “Si queremos un alumnado con pensamiento crítico, los docentes necesitan medios y espacios para reflexionar antes, durante y después de las clases”, apuntó Maite Ortiz, presidenta de la Fundación SM. De ahí que esta institución educativa haya puesto en marcha el Observatorio de la Escuela en Iberoamérica, un programa de investigación para revalorizar la figura del maestro, que cuenta, entre otras herramientas con una newsletter digital.
